O sea, que ni haciendo trampas con las devoluciones devengadas a los
contribuyentes ha podido hacer buena el señor ministro de Hacienda la
cifra del déficit del Estado comprometida ante Europa. Cuando hace
relativamente poco el señor Montoro insistía con la chulería propia de
un matón del Oeste que le recordáramos cuando Eurostat había desmentido
las cifras del gobierno, bien podría haber salido de la penumbra un John
Wayne que le dijera con voz neutra pero firme: "pronto, muy pronto". Y
no porque diera la casualidad de que el héroe de turno resultara ser un
experto en macroeconomía, si no porque viendo el panorama general del
país hasta el más lerdo se dá cuenta que las cuentas no cuadran, ni se
dan las condiciones de que puedan hacerlo.
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