jueves, 22 de abril de 2010

Ilegal, además de injusto

Uno de los principios fundamentales del Derecho que supongo que por esa razón, figura en el artículo 1 de nuestro Código Penal, dice: No será castigada ninguna acción ni omisión que no esté prevista como delito o falta por ley anterior a su perpetración. En la peculiar sintaxis de los textos jurídicos esto significa que, en Derecho, no ha de existir la posibilidad de aplicar leyes con carácter retroactivo. Que éste principio -con todo y ser fundamental- se haya ignorado repetidamente a lo largo de la historia no deja de ser instructivo, así como que quienes siempre sortearon con más desparpajo este principio hayan sido regímenes dictatoriales. Por ejemplo, la Ley de 9 de Febrero de 1.939 de Responsabilidades Políticas comenzaba por permitir juzgar responsabilidades políticas entre Octubre de 1934 y julio de 1936, siempre que hubieran contribuido a crear o a agravar la subversión. O sea, que los sublevados se concedieron a sí mismos el derecho a juzgar -retroactivamente- a los que permanecieron fieles al cumplimiento de la legalidad republicana exactamente por ese mismo motivo, que los sublevados tipificaron como delito de...¡rebelión!; por si no ha quedado claro: los que se sublevaron contra el régimen legalmente constituído declararon que todos aquellos que no les acompañaron en su rebeldía eran rebeldes malos (o sea perdedores) por oponerse a los rebeldes buenos (o sea vencedores).
Por otra parte, cualquier ley de amnistía, por muy loables que puedan ser sus intenciones, incurre, sin embargo, en el mismo defecto: intentar rehacer -sólo legalmente, claro- el pasado. Aún así, nuestra Ley 46/1977 de Amnistía hace referencia a actos de intencionalidad política, cualquiera que fuera su resultado, tipificados como delitos y faltas, no es admisible que entre estos actos puedan figurar los asesinatos ilegales -sin mediación de ningún tipo de juicio- sufridos en nuestra guerra civil por aquellos que, a día de hoy, continúan figurando como desaparecidos, aunque esté documentado su enterramiento en fosas comunes y cunetas. 
Aunque es de todos sabido que una cosa son la leyes y otra la justicia, nada podrá cubrir nunca, ni siquiera legalmente, tal injusticia.

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