martes, 13 de marzo de 2012

Replicando 1984

 I

Así como en la Oceanía de la novela 1984 de Orwell existía un Ministerio de Amor, encargado de los castigos y la tortura, un Ministerio de la Paz para gestionar la guerra o un Ministerio de la Abundancia para repartir la pobreza, en el gobierno de Mariano Rajoy se incluye un Ministerio de Empleo y Seguridad Social que, por las mismas razones, podríamos suponer que tiene como objetivos prioritarios el desempleo y la inseguridad social. No creo andar descaminado en esta suposición cuando oigo al señor Rajoy calificar la reforma laboral por él aprobada como “amplia, profunda y equilibrada", a la señora Báñez decir que es  "completa, equilibrada y útil" o a la secretaria general del PP referirse a la misma -sin despeinarse- diciendo que "gusta mucho a los que no tienen empleo y quieren trabajar".
Que, por cierto, en cuanto a las denominaciones, ha sido una tendencia general la seguida por el señor Rajoy en el resto de Ministerios, como el de Educación, Cultura y Deporte -no hay más que recopilar intervenciones recientes de su titular- o el de Economía y Competitividad, a cargo de un competitivo ex-directivo presente en la quiebra de Lehman Bothers. Bien es verdad que le ha faltado al señor Rajoy un utilísimo Ministerio de la Verdad -con precedentes en la mencionada novela de Orwell-  pero es que, seguramente, en ese caso se habría visto en el compromiso de tener que elegir entre el señor González-Pons, el señor Trillo y el señor Gallardón o bien prescindir de un titular indiscutible en el Ministerio de Justicia.

II

Se pasea el señor Rajoy por Europa -con ese braceo suyo tan característico, que parece que le acaban de engrasar los hombros y los codos- visitando Consejos y departiendo con mandatarios y a su vuelta nos anuncia triunfante, como una muestra de soberanía nacional -no como antes, con otros gobiernos- que ha decidido que el límite del déficit para este año sea de 5,8%; poco tiempo después, el "eurogrupo" le comunica al soberano Reino de España que el techo del déficit deberá ser del 5,3% en 2012. Mariano Rajoy nos informa, entonces, que el 5,3% de déficit fijado por Europa "reconoce la solidez de nuestros argumentos".
Yo me pregunto si no le sería útil al señor Rajoy la creación de un Ministerio de la Verdad inspirado en el que regía en la Oceanía de la novela 1984, de Orwell. Hay que tener en cuenta que hoy, con la potencia de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, se podría crear una "verdad" políticamente correcta casi casi en tiempo real.


http://elpais.com/elpais/2012/03/16/opinion/1331922419_485952.html 

Bailando un vals

Cumpliendo la promesa preelectoral de Mariano Rajoy de devolver la felicidad a los españoles, la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, se ha puesto a ello, informándonos de que la reforma laboral gusta mucho a los que no tienen empleo y quieren trabajar: se supone que el resto, los que tienen empleo, ya están suficientemente felices sólo con conservarlo. Aunque de estos últimos tampoco se olvida y al alimón con el empresario propietario de Mercadona, ha asegurado que en España hace falta trabajar más, eso sí, cobrando menos, para que la alegría sea completa. 
Sólo esperamos el advenimiento de unos presupuestos ternarios, justos, razonables y equitativos, que concreten y desarrollen lo planteado en una  reforma laboral, amplia, profunda y equilibrada, para poder bailar en ese compás el vals de la felicidad total. No sé si vamos a poder resistir alegrías tan amplias, profundas y equitativas, pero que nos quiten lo bailao.

Propaganda

La secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, que tenía oxidados algunos de los once principios de la propaganda de Goebbels desde aquella denuncia suya en el chiringuito, se ha puesto de nuevo a ello con ocasión de la reforma laboral impuesta por el PP, pero en seguida se ha dado cuenta que no le bastaban con los once principios y ha ido generando, sobre la marcha, un corolario general para corroborar la que muchos consideran la idea esencial que inspiró a aquél genio de la demagogia nazi: la verdad es lo que se escoge creer.
Con ese propósito -el de que nos demos cuenta de la verdad, por propia elección- la señora de Cospedal nos informa de que "la reforma gusta mucho a los que no tienen empleo y quieren trabajar", o de que, coincidiendo con la opinión del propietario de Mercadona, "en España hace falta trabajar más", aunque, por supuesto, sin contestar a la pregunta incómoda: ¿cobrando menos?. También nos informa de que en la Comunidad que preside  "no se han recortado en sanidad, servicios sociales o educación", porque "una cosa son los derechos sociales y otra los privilegios". "Así son las cosas y así se las hemos contado", que diría el irrepetible Buruaga. O "no hay peor ciego que el que no quiere ver" que diría algún escéptico irredento.

sábado, 10 de marzo de 2012

Renombrando la realidad

Cargadísimo de razón y de lo que él supone que es sentido común, defiende Mariano Rajoy su reforma laboral diciendo que "estamos en 2012" y que había que "hacer algo", razones ambas que para él deben suponer la prueba del algodón en lo que a gestión "justa, necesaria y equilibrada" del mercado laboral se refiere. Algo había que hacer, desde luego, pero en modo alguno lo que el PP ha promovido con una reforma laboral a medida de los empresarios de éste país -y casi, casi, al gusto del señor Roig, propietario de Mercadona- y por la cual hasta las entidades dedicadas a la búsqueda de trabajo pasan a manos privadas, como un negocio más.
En los tiempos en que hice el servicio militar en el campamento de Alcalá de Henares, había un famoso teniente Padilla que se encargaba de "traducir" las habilidades personales de cada uno de los reclutas para adecuarlas a las labores de mantenimiento de las instalaciones. Así, cuando solicitaba un voluntario que supiera idiomas, el incauto políglota acababa cuidando a los cerdos, lo que el teniente justificaba porque no había quien se entendiera con ellos; por el mismo procedimiento, los conductores acababan conduciendo una carretilla y los electricistas -que solicitaba específicamente de alta y baja tensión- acababan podando los árboles y la hierba, respectivamente.
Algo parecido ocurre con las imposibles justificaciones del gobierno a su reforma laboral cuando, por ejemplo, oímos a la ministra Báñez decir que se ha acabado con el despido express -ahora ya no es necesario- o el propio presidente afirmando que "esta es la reforma laboral que necesita España para crear empleo", cuando lo que la reforma laboral lo que evidentemente facilita y procura es el despido por multitud de causas, todas ellas a juicio del propio empresario. ¡Que sería de nosotros sin estos "traductores" de la realidad!.

Justicia

El señor Rosell,  presidente de  CEOE,  a pesar de manifestar que la reforma laboral no es "un traje a la medida de los empresarios" la continúa apoyando de forma inequívoca -es natural- procurando siempre, eso sí, que no se le vean los dientes. Además, nos clarifica semánticamente, que la nueva reforma laboral no facilita el despido sino que "lo hace concreto", y que las nuevas condiciones "son más claras, pero no despiadadas". O sea, que te despiden clara y concretamente, pero a la vez que te despiden se apiadan de tí por tener que hacerlo.
Y ha recordado también el señor Rosell, para que se comprenda porqué no está totalmente satisfecho, que en lo tocante al derecho de huelga, la legislación española está "anticuada" y pide proceder a su "regulación". Que debe ser que ese tema ahora está menos que regular y hay que dejarlo "como Dios manda".
Convendría recordar, una vez más, que no se trata de piedad o caridad -como en la nueva normativa sobre la dación en pago para liquidar una hipoteca- si no, simplemente, de justicia. De eso de lo que el señor Gallardón dice que es Ministro.