viernes, 5 de diciembre de 2025

Don Acindino y el villancico

Don Acindino era un cántabro mínimo; don porque todos profesores lo eran, cántabro porque aunque por entonces Cantabria no existía y Santander sólo era una provincia de Castilla la Vieja, yo, no sé porqué, lo imaginaba parte de aquellos habitantes con descarada reluctancia a ser integrados en el imperio romano, y mínimo porque era de escasa estatura -aunque se le adivinaba recio y fibroso- lo que compensaba con estar rematado por una importante cabeza,  con tendencias paralelepipédicas, a lo monstruo de Frankestein, pero suave e inevitablemente personal. Porque en él casi todo era singular: en primer lugar el nombre -me he informado de que en toda España quedan menos de veinte personas portándolo, posiblemente porque en griego significa aquél que está seguro y son éstos tiempos de incertidumbre- luego su aspecto atildado, sus modales cuidados, su dicción discreta y pausada, se diría que de ex-seminarista. No era raro, por tanto, su otra actividad -la principal era la de profesor de Geografía y Ciencias Naturales, puede que el resto de las Ciencias fueran algo artificiales- como director del coro del Instituto; precisamente recuerdo su figura asociada a un villancico que nos enseñó -en euskera, en aquellos tiempos de los 25 Años de Paz, otra singularidad de cántabro irredento- y del cual guardaba en mi memoria sólo tres palabras: aitaren tamaren onduran (en realidad aitaren tamaren ondoan: junto al padre y a la madre). He rebuscado  por ahí y este es el villancico:

 

HATOR, HATOR 

Hator, Hator, Mutil Etxera!

gaztaina zimelak jatera, 
gabon gaba ospatutzeko,
aitaren tamaren
ondoan.
Ikusiko dek aita barrezka
ama be poz atseginez.
 
Eragiok, mutil,
aurreko danbolin hori
gaztainak erre artian
gaztianak erre artian
txipli, txapla, pun!
gabon gaba
pozik igaro daigun.
 
 
VEN, VEN
 
Ven, ven a casa chico!
a comer castañas asadas
para celebrar la Nochebuena
junto al padre y a la madre,
veras al padre reír 
y a la madre llena de alegría. 
 
Dale, muchacho,
cuida el fuego
hasta asar las castañas
hasta asar las castañas 
chipli, chapla, pun!
y que pasemos 
una buena Nochebuena.
 
________________________________ 
 
Mi vida de hace tanto tiempo; sí, otra vida.


No hay comentarios :

Publicar un comentario