Si lo he entendido bien, en el gobierno de España están desconcertados porque hay españoles -incluso pertenecientes a partidos constitucionalistas- que no han coreado a por ellos, oé, a por ellos, oé y secundado su propuesta para que el señor ministro de Economía, Luis de Guindos, acabe siendo investido vicepresidente del Banco Central Europeo; sinceramente, a mí lo que me desconcierta es su desconcierto. O sea, que no son suficientes las razones sintetizadas por el eurodiputado por ICV, Ernest Urtasun, asegurando que la falta de apoyo al señor Guindos en las instituciones europeas está basada en su pésima gestión en materia financiera en España, los
posibles conflictos de intereses que emanan de su pasado como banquero
de inversión y su negativa a dimitir como ministro; quizá alguien encuentre alguna manera más clara -más alto pudiera ser, pero más claro lo dudo- de explicárselo a los que acusan a todos aquellos que no les apoyan en ésta propuesta, de falta de patriotismo. Para el ministro de Educación -y Teología también, parece- Méndez de Vigo, el señor Guindos fué el artífice (sin restar posibles méritos a la Virgen del Rocío) del milagro español. Aunque no ha aclarado cual de ellos -somos tierra de milagros- como pudiera ser el que muchos de los españoles sigan vivos a día de hoy, pese a las desastrosas condiciones económicas y laborales del país en la actualidad, por ejemplo.
En todo caso, desde el gobierno persisten en su intención -por segunda vez- de pagar los servicios prestados (al PP, fundamentalmente) por el señor Guindos y aseguran que no está todo perdido en sus presiones a algún país que, como es el caso de Italia, están poniendo algunas reticencias y añaden que estamos en un juego de estrategia donde cada voto
es un debe, nadie nos va a apoyar por De Guindos sino porque esperan
algo a cambio y España está trabajando para conseguirlo; juraría que ese algo a cambio lo vamos a pagar -como es habitual- a escote entre todos los españoles; aunque a cambio, eso sí, se lograría que el señor Guindos quintuplicara su sueldo actual.
A pesar de que, según El País, no hubo ningún vito (sic): solo deliberaciones y ese escueto comunicado (de la comisión de economía del Parlamento Europeo), desde el PP aceptan que la alternativa a Guindos, el irlandés Philip Lane, fue más convincente, en su exposición, y hasta el propio Guindos, consciente de ello, se vendió como más político frente al más técnico Lane. Y todo ello pese a que España parece contar con el apoyo político del núcleo duro europeo, Francia y Alemania. Parece que, finalmente, sí va a ser necesario un Vito (Corleone), que ponga las cosas en su sitio. Por el procedimiento que sea necesario.
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P.S.: ...lo que digo...
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