martes, 3 de junio de 2014

Panegíricos anticipados

Para un rey, lo más parecido a morir es abdicar; tradicionalmente incluso lo primero evitaba lo segundo. Por otra parte, es sabido que en éste país morir nos mejora muchísimo de forma inmediata. La consecuencia de ambos hechos ha sido una avalancha de desmedidos elogios a la figura del rey Juan Carlos, cuando es de todos conocido -y no me refiero a noticias de la prensa rosa- que en su trayectoria política abundan los claroscuros y no sólo beatífica luz radiante; claroscuros producto de una particular -y familiar- manera de entender el papel de rey constitucional y que poseen incluso un verbo propio para definirla: borbonear.
Así pues, dejemos -la clase política, sobre todo- que la historia juzgue su figura y actuación, dejemos los panegíricos para mejor ocasión y empleemos mejor el tiempo poniéndonos manos a la obra y encarando los problemas para sacar al país de su postración, que falta le hace.

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