jueves, 22 de julio de 2010

Siglas

Coincidiendo con los diez años de Rodríguez Zapatero al frente del PSOE, podrían aprovechar y refundarse. Refundación se  dice ahora a suavizar o aligerar algo anterior. Comprendo que al PSOE le venga bien mantener la imagen de marca y lo de partido con más de un siglo de historia, pero si es posible que sean los que con más derecho se sienten herederos del partido fundado por Pablo Iglesias, lo cierto es que sus siglas, cada vez más, cantan. En el PP, por ejemplo, siendo los directos sucesores del partido único existente en el anterior régimen, han tenido, al menos, la habiliddad de no hacer referencia a movimientos, ni a tradicionalismos ni a juntas y ni siquiera a nacional. En cambio, el otro partido sistémico de la Transición...veamos: S de socialista. Después de que Felipe González se encargara de evolucionar del socialismo a la socialdemocracia -y más acá-, y con su actual secretario general en proceso de traslado a la democracia social, que es como él define su ideología, convengamos en que es difícil ofrecer menos socialismo, salvo en modernas vías alternativas. O, de obrero. Con una -otra más- reforma laboral en proceso contestada por los sindicatos, una huelga general pendiente y la asistencia de Zapatero a Rodiezmo, entre inconcebible e incompatible, parece que lo de obrero es añadir chunga a la Ofensa (que puede que sea eso lo que se quiere recordar). Seguramente en la Fundación IDEAS -que posee incluso un comité científico- tendrán alguna idea al respecto, pero yo propongo que el PSOE pase a denominarse -una vez descartado lo de Partido Posibilista y Partido Permanente, porque coinciden las siglas con las del PP- Convergencia Social. Es un guiño a los catalanes, que se sienten últimamente malqueridos, no es ya excluyentemente Español y lo más importante: no quiere decir nada. O sea, que en él cabe todo.

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