martes, 20 de julio de 2010

Diversidad

Nada más peligroso que aseverar como verdad fundamental algo tomando a "todo el mundo" como sujeto. Vicente Verdú titula hoy su artículo con un provocador A la gente le gusta la gente, constatando el creciente gregarismo de la especie humana como característica esencial en su búsqueda de la felicidad: según las últimas tendencias psicológicas la felicidad solo correlaciona positivamente con la más numerosa y mejor comunicación con los otros, antes que con la salud, la belleza o el dinero, por ejemplo. Y menciona igualmente las últimas tendencias en teoría de la comunicación que contradicen a Ortega y a Umberto Eco en cuanto al poco seso de las masas y que afirman la existencia de una virtual mente social producto de la actuales tecnologías. Sin embargo creo que, a pesar de la potencia ejercida por los medios de comunicación actuales en la difusión de pautas culturales y sociales tendentes a la creación de un pensamiento único, lo cierto es que -afortunadamente- sigue habiendo gente pa tó, como dijo un torero (no se sabe cierto si El Gallo o Guerrita), lo que ocurre es que no van todos juntos a manifestarse, ni se asocian, ni tienen todos el mismo pensamiento único alternativo. De hecho, el pensamiento alternativo es una habilidad cognitiva consistente en la capacidad de imaginar el mayor número de soluciones a un problema determinado y que -según Spivack y Shure- también es necesario para relacionarnos bien. No se sienta usted raro si está hasta el rabo de la boina de ver el gol de Iniesta.

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