miércoles, 8 de julio de 2009

Mentir


El Impeachment -cuya traducción literal sería bochorno o vergüenza, aunque su significado más exacto en términos políticos sería el de impugnación- es una figura del Derecho anglosajón con origen en la Cámara de los Comunes de la Inglaterra del siglo XIV, y mediante la cual se puede procesar, destituir e inhabilitar a un cargo público. En la historia reciente, Richard Nixon interrumpió este proceso con su dimisión como presidente de los Estados Unidos en 1974 antes de asumir su previsible destitución. También el presidente Bill Clinton estuvo sometido a un impeachment de cuyas consecuencias se libró por un estrecho margen. En ambos casos la acusación principal no eran tanto las ilegalidades cometidas en el asunto Watergate o las relaciones sexuales con la señorita Lewinsky, si no algo más sencillo: ambos mintieron. Mentir se considera -en las democracias anglosajonas- algo inexcusable en alguien que ostenta un cargo público. No parecer ser este el caso de nuestra más que imperfecta democracia donde a menudo la clase política se siente legitimada no ya para incumplir promesas electorales, si no para justificar lo injustificable o explicar lo inexplicable. Sobre todo, si les continúan votando. Todo apunta a que el señor Camps ha mentido el asunto de los trajes. Y si seguimos el razonamiento del señor Rajoy cuando dijo que ofende al sentido común pensar que el presidente de la Comunidad Valenciana se ha "vendido" por unos trajes, efectivamente, cabe pensar que lo tiene que haber hecho por algo más. Si ha mentido en un asunto "menor" como son unos trajes regalados...

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