martes, 3 de febrero de 2009

Expertos


Los "expertos" en cualquier tema suelen atufarme -en varias de las acepciones de la palabra admitidas por la Real Academia española de la Lengua- bastante, y, por otra parte, la tradicional mala fama de los economistas como especialistas en predecir el pasado no creo que mejore mucho con tantísimo experto sobrevenido en temas económicos, a cuenta de la crisis actual. Y esa debe ser la causa de que los que se dedicaban al tema de siempre -banqueros, economistas, etc.- comiencen a bajar los niveles de autoexigencia, moderación y sentatez en sus manifestaciones, al percibir que, en temas económicos, hasta el más tonto hace relojes (o parece que los hace).
En esta "barra libre" que se ha abierto para explicar lo inexplicable -por evidente, se me ocurre- se podrían inscribir las rotundas afirmaciones del señor Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de Banca como la de que "aquí el gran problema es que son las empresas y las familias las que tienen necesidad de financiación y es España la que está sobreendeudada y la que tiene que corregir esos desequilibrios". O sea, que cuando la bola rodaba y crecía y los bancos obtenían ganancias crecientes financiando a empresas y familias esto no era problema. Ahora que el globo explotó -y los bancos siguen ganando, aunque algo menos- "el gran problema" es el crédito a conceder a familias y empresas, y, como éstas no prodrán resolverlo por sí solas, que lo resuelva España, es decir, entre todos, y, una vez que los Bancos puedan seguir gananado al ritmo de siempre, el problema se resolverá solo. Para justificar el escaso crédito suministrado por los Bancos a las empresas, el señor Martín razonó: "lógicamente, la calidad crediticia de las mismas empresas cuando la economía decrece un 1% es distinta a si crece un 3%". Lógico, ellos a lo suyo, y mientras, los problemas, que los resuelva España. Todo un experto, por algo está de presidente.

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