¿Qué pueden tener en común -además de pertenecer al mundo de las Artes- personalidades tales como John Berry, Bertolt Brech, Charles Chaplin, Frank Capra, Dashiell Hammet y Aaron Copland?; alguien ya lo habrá adivinado: pertenecer a la lista negra del macartismo. No es casual que gran parte de esa lista la integraran cineastas; ese hecho dió al Comité de actividades antiestadounidenses (House Un-American Activities Committee), herramienta del macartismo, una gran publicidad. Muchas voces de ese mismo mundo se levantaron no sólo contra la cortedad de miras del macartismo sino contra su bajeza moral y política, entre ellas la de Arthur Miller con su obra de 1953, Las brujas de Salem. Y, a nivel global, instituyeron para combatirlo un Comité de la Primera Enmienda (de la Constitución de EE.UU. que prohibe expresamente la promulgación de leyes contra la libertad religiosa, de expresión, de prensa o que interfiera en el derecho de reunión pacífica) que fundó el guionista Philip Dunne, la actriz Myrna Loy y los directores John Houston y William Wyler. Porque el macartismo, olvidando el principio jurídico de la presunción de inocencia, ante cualquier denuncia el Comité del Senado,
presidido por McCarthy, aplicaba la presunción de culpabilidad y era el
acusado quien tenía que desmentir y probar su no pertenencia o simpatía
por el Partido Comunista. Pero no sólo el macartismo persiguió artistas por la publicidad que ello le proporcionaba, Robert Oppenheimer fue expulsado de la Comisión de Energía Atómica por haberse opuesto al proyecto de la bomba de hidrógeno (recordemos que el macartismo fue producto directo de la guerra fría y un instrumento del capitalismo). ¿Historia?, repetida en todo caso, a día de hoy: en la audiencia que se desarrolló recientemente en el Senado de Estados Unidos, el
senador republicano Tom Cotton interrogó en los siguiente términos al director ejecutivo de TikTok,
Shou Zi Chew, ciudadano de Singapur, por sus presuntos
vínculos con el Gobierno chino.
Senador Tom Cotton: “¿Alguna vez ha sido miembro del Partido Comunista Chino?”.
Shou Zi Chew: “Senador, soy de Singapur. No”.
Senador Tom Cotton: “¿Alguna vez ha estado asociado o afiliado al Partido Comunista Chino?”.
Shou Zi Chew: “No, senador. Le repito que soy de Singapur”.
(Cotton y algunos de sus colegas republicanos han pedido que se
prohíba TikTok, alegando que es una red social espía del Partido
Comunista Chino).
Esto es lo avanzado ideológicamente por el capitalismo en tres cuartos de siglo; el comunismo y los comunistas son los espantajos necesarios del capitalismo USA (al igual que ETA lo es para el PP).
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