Si veinte años no es nada -tal y como asegura la letra del tango Volver (**)- diez son la mitad de nada: así se pasa el tiempo, sin sentir; diez años largos han transcurrido desde la publicación de esta carta (mía, lo siento) que envié a El País y fué publicada el 20 de Enero de 2008.
Ahora que tanto agitar de banderas nos tiene a muchos mareados -y atufados, con la mezcla de olores- y cuando hasta el community manager de la Benemérita ha tenido a bien divulgar en un tuit La #Bandera simboliza la unión de un pueblo #Respétala (y el hashtag #MiraQueEsBonita), me ha parecido oportuno recordarla:
A cuento del último intento fallido de dotar de letra al himno
nacional de España por el imperioso motivo de que nuestros deportistas
tengan algo que llevarse a la boca mientras se consumen los acordes de
la Marcha Granadera, ironizaba el jueves día 17 EL PAÍS en su página editorial (El Acento) sobre que tal vez el COE tendría que abrir un concurso para que los ciudadanos sugiriesen mejoras a la enseña nacional.
Pues bien, tampoco sería la primera vez: nuestra actual bandera
nacional, para los que no lo sepan, es producto de un concurso promovido
por el rey Carlos III, que eligió los dos diseños que más le gustaron
de entre 12 bocetos que le presentó el ministro de Marina, uno para la
marina de guerra y otro para la marina mercante. En sus propias
palabras: "Para evitar los inconvenientes y perjuicios, que ha hecho ver
la experiencia, puede ocasionar la Bandera Nacional de que usa mi
Armada Naval y demás embarcaciones españolas, equivocándose a largas
distancias o con vientos calmosos, con las de otras naciones, he
resuelto que en adelante usen mis buques de guerra de Bandera dividida a
lo largo en tres listas, de las que la alta y la baja sean encarnadas y
del ancho cada una de la cuarta parte del total y la de en medio
amarilla...". (Real Decreto de 28 de mayo de 1785).
Hasta entonces la enseña de los regimientos del Rey -el concepto de bandera nacional era entonces desconocido- había sido la cruz de San Andrés o Cruz de Borgoña en aspa, roja, sobre fondo blanco, que los Borbones heredaron de los Austrias. La misma que hoy identifica a la Comunidad Tradicionalista (Carlistas). Es decir, que las palabras rojo, gualda, sangre, oro y otras figuras poéticas referidas a nuestra actual bandera están muy bien para figurar en himnos y marchas cuya misión principal es la de enardecer reclutas que han de matar franceses, moros o rojos, pero la realidad de nuestra bandera es mucho más prosaica y funcional.
Porque una bandera -como un himno- puede llegar a ser un símbolo. Pero siempre es, sobre todo, un trapo de colores. O sea, campo para el diseño.
Hasta entonces la enseña de los regimientos del Rey -el concepto de bandera nacional era entonces desconocido- había sido la cruz de San Andrés o Cruz de Borgoña en aspa, roja, sobre fondo blanco, que los Borbones heredaron de los Austrias. La misma que hoy identifica a la Comunidad Tradicionalista (Carlistas). Es decir, que las palabras rojo, gualda, sangre, oro y otras figuras poéticas referidas a nuestra actual bandera están muy bien para figurar en himnos y marchas cuya misión principal es la de enardecer reclutas que han de matar franceses, moros o rojos, pero la realidad de nuestra bandera es mucho más prosaica y funcional.
Porque una bandera -como un himno- puede llegar a ser un símbolo. Pero siempre es, sobre todo, un trapo de colores. O sea, campo para el diseño.
Fin de la cita. (Noto que hace diez años se podía escribir algo políticamente incorrecto y que, aún así, se publicara en un medio de comunicación; hoy sólo podría publicar la carta en este blog, seguramente. Deduzco que la libertad de expresión no es que haya mejorado mucho, precisamente, en este país desde entonces. Por cierto, la Guardia Civil bien haría centrándose en sus cometidos, dejando de ejercer labores de formación del espíritu nacional: tan españoles son los que sienten la #Bandera como los que no y tiene la obligación de servir y respetar a ambos).
(**)
Volver
con la frente marchita
las nieves del tiempo
platearon mi sien.
con la frente marchita
las nieves del tiempo
platearon mi sien.
Pues sí, pero lo malo es que todo lo demás sigue igual. O peor.
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(*)
allá por tierra africana,
un soldadito español
de esta manera cantaba:
Como el vino de Jerez
y el vinillo de Rioja
son los colores que tiene
la banderita española,
la banderita española.
Cuando estoy en tierra extraña
y contemplo tus colores
y me acuerdo de mi España,
mira si yo te querré.
Como el vino de Jerez
y el vinillo de Rioja
son los colores que tiene
la banderita española,
la banderita española.
Banderita tú eres roja,
banderita tú eres gualda,
llevas sangre llevas oro
en el fondo de tu alma.
El día que yo me muera
si estoy lejos de mi Patria,
sólo quiero que me cubran
con la Bandera de España.
Banderita tú eres roja,
banderita tú eres gualda,
llevas sangre llevas oro
en el fondo de tu alma.
El día que yo me muera
si estoy lejos de mi Patria,
sólo quiero que me cubran
con la Bandera de España.
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