En 1997, el presidente de la República Federal Alemana envió a las instituciones del País Vasco un mensaje de disculpa
por el bombardeo de Guernica realizado por la Legión Cóndor alemana,
con motivo de cumplirse los 60 años de la masacre. Al año siguiente fué
el Parlamento alemán (Bundestag), en representación del pueblo alemán,
el que pidió oficialmente perdón a Guernica por aquél bombardeo de
intencionalidad claramente terrorista contra la población civil, cuya responsabilidad última cabe
atribuir directamente a Franco. Pero no sólo eso; el Parlamento alemán
promulgó una ley mediante la cual se establece que aquellos militares
alemanes que prestaron servicio en la Legión Cóndor no podrían recibir
en lo sucesivo ningún tipo de distinción ni de reconocimiento; a
consecuencia de esa ley, a héroes nacionales que hubieran servido en la
Legión Cóndor se les retiraron honores, distinciones y medallas
obtenidas con ese motivo. Es representativo el caso de Werner Mölders,
uno de los más reconocidos y condecorados ases alemanes de aviación
durante la segunda guerra mundial: el Ministerio de Defensa alemán
retiró oficialmente su nombre del ala
de caza JG 74, decisión ratificada y ampliada en 2005 (pese a que
Mölders se incoporó a la Legión Cóndor en 1938 y no pudo, por tanto,
participar en el bombardeo de Guernica).
Ante
el resugir del fascismo y de sus cada vez más frecuentes
manifestaciones violentas, el pleno del Parlamento Europeo pedirá este
jueves en una
resolución pactada por todos los grupos políticos, la
ilegalización de organizaciones que exalten o glorifiquen el fascismo; aunque se ha pactado igualmente no
hacer mención expresa a ninguna fundación concreta o episodio fascista
nacional, está claro que la fundación Francisco Franco resultará
incluída en tal ilegalización.
Aquí,
en España, el PP rechazó en el Senado, el pasado mes de Abril, una
propuesta del PSOE -apoyada por todos los grupos políticos del Congreso,
a excepción del PP- para ilegalizar la mencionada fundación. Y ahora
entretenemos nuestro tiempo debatiendo si una vez exhumados los restos
de Franco del Valle de los Caídos, han de ser, o no, enterrados en la catedral de la Almudena
(y con honores, según la Fundación Francisco Franco). ¿Alguien se
imagina que, de existir los restos de Hitler, una fundación neonazi
alemana propusiera enterrarlos en la Berliner Dom (la catedral de Berlín)?
Cuando
oigo que se afirma con rotundidad la existencia en la España actual de
una democracia consolidada y homologable con otras de la Europa a la que
pertenecemos, noto como automáticamente mi cabeza comienza a oscilar,
negando.
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