miércoles, 11 de diciembre de 2013

Un ventrículo

El expresidente del Sevilla, Jose María del Nido, leía su despedida como presidente de ese club, por lo que cabe suponer que no se equivocaba cuando dijo "quiero pedir disculpas por haber sido condenado como presidente del Sevilla". No las pedía por haber delinquido al haber ideado una trama para apropiarse de dinero público en el Ayuntamiento de Marbella, si no por haber sido condenado por ello: aquí es lo peor, no el delinquir, si no ser un torpe y que te pillen. Y añadió "siempre me consideré inocente, me equivoqué. Si hubiera sabido antes que el Supremo ratificaría mi condena habría dimitido mucho antes". ¿Debemos entender que se equivocaba al considerarse inocente o al creer que finalmente el Tribunal Supremo ratificaría su condena?. Acabó su comunicado informando de la pérdida de un cuarto de su corazón (un ventrículo, para ser más exacto) debido a la pena de dejar el puesto de presidente del Sevilla. Pues que no se preocupe, al igual que a los protagonistas de Casablanca siempre les quedaría París, al señor del Nido siempre le quedarán sus convicciones morales.


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