Todos los dirigentes políticos se sienten en la obligación de emitir un
mesaje de fin de año a sus representados; ignoro la verdadera razón
aunque no creo ir muy descaminado si supongo que piensan que estos
gestos les favorecen de cara a la ciudadanía: gestos a falta -o a
cambio- de lo que nos hurtan a diario. Así, oigo al presidente de la
Comunidad de Madrid - el español que ha explicado más veces y más claramente su patrimonio, según Esperanza Aguirre- hablar de los "esfuerzos de los madrileños"; el
señor Mas, pues más de lo mismo respecto a lo catalanes, y en mayor o
menor medida todos los dirigentes de las Comunidades autónomas abundan
en los esfuerzos de los "suyos". Y ante esta dosis de fraternidad
regional sobrevenida no sé si caemos en la cuenta de la falacia que esto
representa; en mi caso -y que cada uno mire el suyo- es más que
evidente que madrileños lo hay de muchos tipos y que mi casuística está
mucho más cerca de un jubilado andaluz o aragonés que la de de un
Gerando Díaz Ferrán, Rodrigo Rato, o Plácido Domingo por citar algún
madrileño conocido. Por favor, señores dirigentes, les sugiero que nos
ahorren este empacho fraternal añadido a los generales de buenismo
propios de estas fechas. Aunque para otros empachos no haya con qué, ni
estén los tiempos para derroches.
No hay comentarios :
Publicar un comentario