viernes, 22 de noviembre de 2013

Dos velocidades

Es notable la asimetría en el tiempo que emplea la clase política en resolver problemas y promulgar leyes, dependiendo de quién tenga interés en su resolución. No deja de sorprenderme que se pueda modificar la Constitución en una tarde o desmontar servicios públicos de hoy para mañana supuestamente para ajustar las cuentas del Estado y por contra sea tan difícil solventar por ley los fraudes a preferentistas que lo eran sin saberlo o garantizar de forma efectiva derechos ciudadanos que también están -todavía- en la Constitución como son los esenciales, a un trabajo y una vivienda dignos.
La última de las rápidas ha sido la denominada Ley de Seguridad Ciudadana que no parece que pretenda lo que sugiere su nombre o quizá lo hemos interpretado mal: no es que se pretenda proteger la seguridad de los ciudadanos, si no la seguridad de las castas dirigentes ante ellos, de ésta forma a los ciudadanos se les privará -incluso- del derecho a manifestar sus injustas carencias. Que pobres y parados gritando su frustración y su rabia deslucen mucho la asombrosa recuperación económica anunciada por el gobierno.

 http://elpais.com/elpais/2013/11/23/opinion/1385221202_500454.html

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