lunes, 11 de enero de 2010

Virus inteligente

Desde el inicio de la expansión de una nueva cepa del virus de la gripe -finalmente denominada  H1N1- y en relación con la medidas adoptadas por las autoridades sanitarias, hemos podido conocer en los últimos meses opiniones de profesionales sanitarios tanto a favor como en contra de las mismas, las últimas basadas casi siempre en un argumento central: la manipulación informativa de la incidencia real de la pandemia bajo la sospecha de favorecer a los intereses económicos de las multinacionales farmaceúticas. La ministra de Sanidad y Políticas Sociales en una entrevista en El País el pasado 3 de Enero, defiende la proporcionalidad de las medidas coordinadas por su Ministerio, pero, en su propósito de justificar su gestión va un paso más allá, afirmando que "de hecho, el comportamiento del virus y su reacción han sido leves porque teníamos todo previsto para actuar". Esto es nuevo. Si lo he entendido bien, parece que nos encontramos ante un "virus inteligente" que, a la vista de nuestra preparación y millones de dosis de vacuna preparados en su contra, se ha "acongojado" y ha variado su estrategia decidiendo posponer su ataque -el virulento, propiamente dicho-  a la espera de que las vacunas caduquen y poder pillarnos desprevenidos. A todos menos -naturalmente- a las industrias farmaceúticas que, demostrando ser más listas que el virus, seguro que renovarán su negocio ante la menor sospecha de pandemia rediviva.

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