viernes, 22 de noviembre de 2013

Dos velocidades

Es notable la asimetría en el tiempo que emplea la clase política en resolver problemas y promulgar leyes, dependiendo de quién tenga interés en su resolución. No deja de sorprenderme que se pueda modificar la Constitución en una tarde o desmontar servicios públicos de hoy para mañana supuestamente para ajustar las cuentas del Estado y por contra sea tan difícil solventar por ley los fraudes a preferentistas que lo eran sin saberlo o garantizar de forma efectiva derechos ciudadanos que también están -todavía- en la Constitución como son los esenciales, a un trabajo y una vivienda dignos.
La última de las rápidas ha sido la denominada Ley de Seguridad Ciudadana que no parece que pretenda lo que sugiere su nombre o quizá lo hemos interpretado mal: no es que se pretenda proteger la seguridad de los ciudadanos, si no la seguridad de las castas dirigentes ante ellos, de ésta forma a los ciudadanos se les privará -incluso- del derecho a manifestar sus injustas carencias. Que pobres y parados gritando su frustración y su rabia deslucen mucho la asombrosa recuperación económica anunciada por el gobierno.

 http://elpais.com/elpais/2013/11/23/opinion/1385221202_500454.html

jueves, 21 de noviembre de 2013

Además

En la sección de Cartas al Director de El País comenta Anna Zamora la falta de profesionalidad de la clase política española y señala su falta de responsabilidad, a diferencia de lo que ocurre en cualquier otra profesión. Cabe añadir -para mayor desigualdad- que es el único estamento, que yo conozca, que tiene la potestad de fijar su propio sueldo. Además.


viernes, 15 de noviembre de 2013

Supongamos

En el caso del Prestige, cuyo hundimiento tuvo como consecuencia la contaminación de 1.600 kilómetros de costa y unos daños materiales estimados de más de 4.000 millones de euros, supongamos. Supongamos que los previsibles paganos de la factura -armadores, compañías propietarias y aseguradoras, empresas encargadas de la inspección del buque, etc.- se reúnen y deciden minimizar daños destinando una cantidad de 1.000 millones de euros -la cuarta parte de esa factura- a distribuir entre quienes tienen alguna parte en el papel de decidir que esa factura debe pagarse -responsables políticos, la administración, la justicia, los medios de comunicación como creadores de opinión, etc.- ¿que ocurriría?. Mil millones de euros dan para mucho.
Curiosamente -y sin ser proclive a teorías conspiranoicas- esta suposición casa muy bien con el resultado del asunto: no hay ningún responsable, y por tanto nadie pagará la factura; quiero decir, aparte de quien ya ha pagado, paga, y pagará: todos nosotros. Pero ya digo, es un suponer.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

La siempre pospuesta reforma de la Ley Electoral

Hace sólo tres años, José Ignacio Wert, en su época de tertuliano asiduo y columnista ocasional -tan cerca y tan lejos de su actual personaje de bombero-torero en el gobierno- defendía en El País -Sistema electoral, entre equidad y eficacia- el vigente sistema electoral que, claramente, favorece la formación de mayorías y, en definitiva, el bipartidismo (uno de los fundamentos reconocidos de la corrupción). Que con los votos obtenidos por IU en las elecciones generales de 2008 ese grupo político pudiera pasar de 2 a 12 representantes en el Congreso de los Diputados eligiendo un sistema proporcional y probado (Un sistema electoral ecuánime para el Congreso de los Diputados. Conforme a las recomendaciones del Consejo de Estado. No requiere cambiar la Constitución, elaborado por el Grupo de Investigación en Métodos Electorales (GIME) de la Universidad de Granada, y dirigido por el matemático Victoriano Ramírez) no pasaba de ser, para el señor Wert, un pequeño detalle de cara a la formación de mayorías sólidas y gobiernos estables. Ya tenemos un gobierno que más que sólido y estable -el propio Wert ha estimado que el PP obtuvo no ya una mayoría absoluta , si no "universal"- es una auténtica apisonadora: claramente  eso se ha logrado, otra cosa es que sea lo mejor para la democracia y para mayoría de los españoles, incluyendo a los que votaron al PP.
Desde luego, no he oído que el PP ni el PSOE -en su reciente Conferencia Política- hayan tratado nada sobre este tema. El mencionado matemático Victoriano Ramírez lo expresó con claridad, tras la publicación de su estudio: "los dos grandes están cómodos con el sistema actual, no lo cambiarán si no hay presión mediática o una crisis electoral". ¡Que continúe el espectáculo!.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Agresión perpetua

El último ha sido el intento -casi con nocturnidad y alevosía- de retirar las ayudas del gobierno al programa Erasmus ¡para este mismo curso y para estudiantes que ya están residiendo en el extranjero!. Todo parece que se va a resolver -de aquella manera- para éste curso, aunque mal pinta para cursos venideros.
Y así, una y otra vez, el gobierno del PP continúa con el desmontaje de los servicios públicos utilizando con desfachatez un lenguaje pervertido, aduciendo que todas sus medidas están encaminadas "a salvar el Estado del bienestar": algo parecido a extirpar el corazón o el cerebro del paciente para salvar su vida.
¿Y ésto es a lo ha quedado reducida nuestra democracia?, ¿a una continua defensa y contraataque -cuando se puede- de las medidas de los representantes políticos que se supone que fueron elegidos para defender los intereses de la mayoría?.