Dirigidos por un carismático líder cuyo eslógan reza "Empieza el cambio; es sentido común, es cambio, es futuro, es España, es Rajoy" y según todas las encuestas, es muy probable que el PP alcance la mayoría absoluta como resultado de las próximas elecciones el 20 de Noviembre. Ya es triste que este país se vea abocado a la elección de los que, desde numerosos puntos de vista, son los más próximos a la ideología que subyace en quienes originaron la crisis en que estamos inmersos y que la única alternativa sea "cambiar" así, en abstracto, sin saber si es cambiar a mejor o a peor, con la esperanza de que los que vengan hagan "algo" de lo que no tenemos la menor noticia ni avance ni propuesta conocidas. Un motivo más para estar indignados, aquí y ahora. Y para actuar en consecuencia.
Cartas (notas) prescindibles, reflexiones al hilo de lo que sucede (principalmente en España)....
lunes, 17 de octubre de 2011
martes, 11 de octubre de 2011
Quiero ser presidente
En la convención del PP en Málaga ya se había dicho, ahora el propio Mariano Rajoy, sintiéndose ya presidente del gobierno lo confirma: cree que recibirá "la peor herencia que un Gobierno ha legado jamás al siguiente". Y, ¿que propone ante una situación tan grave?. Nadie lo sabe, salvo reafirmar que quiere ser presidente del gobierno dice poco más: "quiero ser el presidente de todos los españoles, no solo de los militantes del partido popular, es lo que necesita España y por lo tanto así será". Así será si así lo quieren una mayoría de españoles; España es, antes que nada, lo que los españoles quieren que sea y sus necesidades las que los españoles estiman que tiene. ¿O Rajoy habla directamente con España como el papa habla con Dios?.
Estrategias


Ante lo abultada que se pronostica la goleada del PP sobre el PSOE en las próximas elecciones generales, ya ha habido quien ha aconsejado -ignoro si de buena fe- al candidato del PSOE estrategias desesperadas, tal como la de presentarse directamente de perdedor -underdog, perro apaleado- con la esperanza de despertar la simpatía por el débil, promoviendo para sí el voto de todos aquellos amantes de causas desesperadas o imposibles.
Además de que no veo a Rubalcaba en semejante tesitura, creo que tal estrategia -como casi todos los productos de la desesperación- sería inútil. De no ser así, IU no habría pasado de dos millones y medio de votos y 21 diputados en 1996 a menos de un millón de votos y dos diputados en 2008. Más apaleados, imposible.
Y si lo que se busca es una estrategia realmente desesperada -pero novedosa-, podría Rubalcaba probar a guardar un mutismo aún más impenetrable y absoluto que el de Mariano Rajoy sobre las propuestas concretas para encarar el futuro del país, poniendo cara de póker cuando alguien le preguntara sobre el tema. Puede que algunos solventaran su perplejidad entre dos esfinges tirando una moneda al aire.
Además de que no veo a Rubalcaba en semejante tesitura, creo que tal estrategia -como casi todos los productos de la desesperación- sería inútil. De no ser así, IU no habría pasado de dos millones y medio de votos y 21 diputados en 1996 a menos de un millón de votos y dos diputados en 2008. Más apaleados, imposible.
Y si lo que se busca es una estrategia realmente desesperada -pero novedosa-, podría Rubalcaba probar a guardar un mutismo aún más impenetrable y absoluto que el de Mariano Rajoy sobre las propuestas concretas para encarar el futuro del país, poniendo cara de póker cuando alguien le preguntara sobre el tema. Puede que algunos solventaran su perplejidad entre dos esfinges tirando una moneda al aire.
lunes, 10 de octubre de 2011
El regreso de Terminator

sábado, 8 de octubre de 2011
Los dioses deben estar locos
Eso parece, a la vista de los conflictos y desastres de todo tipo en el mundo y con los que somos bombardeados a diario por los medios: crisis socio-económica mundial, guerras, seísmos, hambre, pobreza. Pero no, no han sido los dioses, hemos sido nosotros, la especie humana que se ha creído tal, o al menos, unos peligrosísimos aprendices de brujo. De una economía basada en el crecimiento perpetuo, ilimitado, de usar y tirar, esquilmadora de los recursos evidentemente limitados del planeta, de una economía basada en la explotación de la mayoría (que soporta además el hambre, la enfermedad y la pobreza extrema) por parte de una minoría privilegiada, de una economía basada en una energía contaminante o peligrosa -cuando no ambas cosas a la vez-, de una economía y una cultura basadas, en definitiva, en la irracionalidad y la desigualdad, no se puede esperar -racionalmente- otro resultado que el desastre.
Escuchemos con atención el lamento de la madre Tierra. Y actuemos en consecuencia, a ver si de verdad somos tan listos y tan poderosos como para poder cambiar el destino que nosotros mismos, como dioses enloquecidos, nos hemos fijado.
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