jueves, 15 de octubre de 2009

Crisis permanente


Júbilo en Wall Street tras superar el Dow Jones los 10.000 puntos; el banco JPMorgan ha obtenido un beneficio neto de 3.588 millones de dólares en el trimestre pasado, un 31,86% más que hace un año. Ahora que los bancos ganan más -nunca han dejado de hacerlo, excepto aquellos pocos a los que que dejaron quebrar, a modo de aviso- se nos dice que la crisis se acaba. En el camino hacia ese supuesto renacer económico -que no social- quedan millones de parados, los cuales no vislumbran siquiera la penumbra al final del túnel, y mucho menos -con tan poca luz- ningún tipo de brote, verde o de cualquier otro color. La desigualdad en el reparto de los bienes y la pobreza han aumentado como producto de la crisis y ahí permanecen. Casi 1,5 millones de niños mueren al año por diarrea (más que por sida, malaria y sarampión juntos), consecuencia, sencillamente, de falta de higiene y de beber agua insalubre. En el siglo XXI no somos capaces ni siquiera de asegurar agua potable para todos. Para algunos la crisis continúa siendo permanente. Para muchos, eso sí, más breve: mueren antes.

Responsabilidades


Esclarecedor, por una vez, el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons: ha justificado la destitución de Ricardo Costa de todas sus funciones por la presión de la prensa. "Hay que atender al clamor de los medios de comunicación de que el partido tenía que asumir una responsabilidad. Es normal que el secretario general lo asuma". Nada respecto a normas de autoexigencia ética, ni a la reprobación de usos y conductas, ni disculpas a la militancia del PP ni a la ciudadanía, en general. ¿Si no existieran los medios de comunicación, aquí no habría ocurrido nada anormal que asumir por pura responsabilidad moral?.

Dúos


"Si te vas tú, me voy yo". Eso parece que le dijo a Costa el Molt Honorable Camps. Me recuerda a aquél "dos por el precio de uno" de Felipe González, refiriéndose a su entonces número dos, Alfonso Guerra. Al final, el número uno, en un hábil regate, justificado siempre por la responsabilidad, se queda, mientras el número dos paga los platos rotos -los haya roto él o no- y se vá, para eso es el número dos. En estos casos, el ordinal es decisivo. Ya se sabe: las parejas duran lo que dura el interés. Pero en política se nota más.

Comunicados


I

La clase política se está acostumbrando -y los medios lo han ido aceptando, salvo plantes esporádicos- a comunicarse con la sociedad a golpe de comunicado, de declaraciones cerradas. En relación con el desarrollo del culebrón Gürtel, veo en El País Digital de hoy dos comunicados, uno del PP estatal y otro del PP valenciano, por cierto, contradictorios o no totalmente coincidentes (II). Ayer fué otro comunicado, el de Ricardo Costa. Análisis sí, pero ninguna interpelación o entrevista a ninguno de los implicados transmitiendo esas preguntas que todos tenemos en mente y cuya respues
ta pudiera resultar esclarecedora, aunque fuera por omisión. Y es que de la realidad forma parte tanto lo que se dice -sea finalmente verdad o no- como lo que se calla. No es casual que la fórmula empleada en declaraciones formales ante la justicia se refiera a la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Y en un juicio se responde a preguntas, no se hacen declaraciones. Supongo que será porque la experiencia ha demostrado que es el mejor método de conocer la verdad.



II

A pesar del minimalismo -seguramente reflejando la personalidad de Mariano Rajoy- del comunicado del PP en relación con la supuesta dimisión de Ricardo Costa, en cada una de sus escasa líneas existen contradicciones con lo expresado en el resto de comunicados, el del PPCV y el del propio Ricardo Costa. Se afirma en el comunicado del PP que Ricardo Costa suspende temporalmente -que descubrimiento del PP, éste de los ceses transitorios- sus funciones, tanto en el partido como en las de portavoz del grupo parlamentario popular en Las Corts. En el de Ricardo Costa se lee que ha pedido que Camps trasmita a Mariano Rajoy que "no he aceptado presentar mi dimisión, que sólo podría -de nuevo la habitual confusión entre poder y deber- producirse si hubiera incumplido mis obligaciones". Menos mal que en el comunicado del PPCV, podemos leer que "si se produjera dicha investigación -del PP sobre la actuación de Ricardo Costa- éste se abstendría de sus funciones como secretario general del PPCV, pero no como portavoz del grupo parlamentario". Rajoy, seguramente ocupado en redactar "instrucciones correctas y acordes a los Estatutos, justas y en beneficio del PP", según encabeza Costa su comunicado, no nos comunica nada. Para Cospedal, Secretaria General del PP, Costa ya no está en la actividad política. Pons, responsable de comunicación del PP, nos anunció la hora de las resoluciones, las cuatro de la tarde -una antes que para los toreros- pero parece que no el día. Sugiero que, para resolver de una vez este embrollo, se les convoque a todos a un programa de televisión tomatero -seguro que en este tema hay tomate para una buena tomatina- que, por una vez, cumplirían con la función social que se les supone a los medios. Lo de los comunicados puede resultar muy cómodo para los declarantes pero acaba resultando un lío para el personal.

Gürteliño


Con el gürteliño -denominación del PP gallego para el caso Gürtel- comiendo por los tobillos a Mariano Rajoy mientras lee el Marca, Camps manteniéndose a flote sólo mientras le dure el aire de la última -y costosa- bocanada de aire político y Esperanza Aguirre en un aparente frenesí de limpieza política que delata su temor a que finalmente la correa tenga también bucles en Madrid, Alberto Núñez Feijóo comienza a verse a sí mismo como la gran esperanza blanca de la derecha española para liderar el PP. De momento, en Galicia, ya ha encontrado una cabeza de turco ideal para desvincularse de la trama corrupta: el fallecido Xosé Cuiña, a quien Pablo Crespo, ex-secretario de organización del PP en Galicia y actualmente detenido como uno de los principales implicados en la trama Gürtel, consideraba su mentor y que, además, dentro del PP gallego era de la facción de los de la boina en oposición a los del birrete donde siempre se ubicó Rajoy y el propio Núñez Feijoo. Y para desmarcarse aún más de aquél antiguo PP gallego, ha llegado a decir que en 1999 él no formaba parte del PP. Parece que incluso ha confesado que votó al PSOE dos veces (1982 y 1986; recomendable leer esta historieta de El Mundo). Pero el despiste no le duró: ya en 1991 fue nombrado Secretario General Técnico de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Montes y también en ese año Secretario General de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de la Xunta gobernada por el PP, y de 1992 a 1996 fue Vicepresidente y Secretario General del Servicio Gallego de Salud. Romay Beccaría, lo llevó consigo a Madrid cuando fue nombrado Ministro de Sanidad en el primer gobierno de Aznar, en 1996, y ocupó el puesto de Secretario General de Asistencia Sanitaria y presidente del INSALUD. Posteriormente, entre mayo de 2000 y enero de 2003, continuaba gobernando el PP, ejerció la dirección de la entidad pública estatal Correos y Telégrafos. Entre 2003 y 2005 fue Consejero de Política Territorial y en 2004-2005 Vicepresidente de la Xunta que continuaba gobernada por el PP. En 2006 fue nombrado presidente del PP en Galicia. Supongo que para entonces ya sí sería del PP.