Continúa el proceso de divorcio de la clase política y la realidad de éste país, proceso que afecta especialmente al PP. Y es tan grande ya la distancia, que más que
pensar que son indispensables los partidos para garantizar la
participación democrática, en el PP parecen creer que el único realmente
indispensable es el suyo; su secretaria general lo ha sintentizado en la
frase "es el PP o la nada": en la acelerada vuelta al pasado que se
pretende imponer a éste país, ya han llegado a los tiempos del partido
único, dentro de poco habrá que vitorear a Mariano Rajoy con un triple
¡Rajoy! como a Franco o un más propio ¡Jefe! como a Gil Robles en los tiempos de la CEDA. Y tendrán que quitar a las
mujeres el derecho al voto, que se están poniendo muy impertinentes con
lo del aborto.
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