Hoy no existen ideologías dignas de tal nombre, no hay líderes competentes -aún sin desearlos carismáticos- la situación socioeconómica mundial es muy posible que no regrese nunca a la "normalidad" en la cual la economía se basaba en el crecimiento continuo: hemos constatado abruptamente -algunos lo dijeron pero la mayoría preferimos ignorarlo- que los recursos del planeta son limitados. Hemos entrado plenamente en una época caracterizada por su renuncia a las utopías y a la idea de progreso, en una depreciación continua de la valoración del esfuerzo individual, de lo público, de la razón y de la ciencia -aunque curiosamente se adora la tecnología- donde la información masiva y contradictoria nos deja permanentemente desinformados y donde los medios de comunicación se dedican a vender como noticia la vida privada de personajes y personajillos en un show continuo. Esto a nivel global. En lo que toca a este país, además, hemos salido también repentinamente de un sueño de crecimiento basado en los fondos derivados de nuestra incorporación a Europa que nunca fueron empleados en mejorar realmente nuestra competitividad industrial, si no en alimentar en dosis gigantescas la cultura del pelotazo aplicada fundamentalmente a la construcción, el paro juvenil -nuestro futuro- alcanza porcentajes descorazonadores y tres de cada cuatro ciudadanos de este país no confían ni en el presidente del Gobierno ni en el líder de la oposición para tratar de enfrentar la crisis actual. Y estoy seguro que nadie podría asegurar con razones objetivas que soy un pesimista, sólo un posmoderno. Como la mayoría.
Cartas (notas) prescindibles, reflexiones al hilo de lo que sucede (principalmente en España)....
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