A menudo, quien se disculpa por puro interés deja traslucir su falta de sinceridad. Y a veces de forma intencionada, como una reiteración consciente de la ofensa. Así, Francisco Camps al disculparse -eso dijo- por haberse referido al portavoz del PSOE en las Corts, Angel Luna, como presunto chequista con ánimo de asesinarlo con nocturnidad y alevosía, puso tan desquiciada y desmesurada acusación en equiparación con las ofensas que -según él- viene recibiendo él mismo y el partido Popular en los últimos tiempos, y para las que quedaba a la espera de las correspondientes disculpas por parte de los representantes del PSOE. Pero, eso sí, comprensivo. En primer lugar consigo mismo -cosas que se dicen al calor del debate- y luego con los demás: comprende que "alguien" haya sentido herida su sensibilidad. Y es que ver a un zombie -aunque sea político- en acción altera muchas sensibilidades.
Cartas (notas) prescindibles, reflexiones al hilo de lo que sucede (principalmente en España)....
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