Comenzó el señor Ruiz-Gallardón -en su época como alcalde de Madrid-
pidiendo la intercesión de la Virgen de la Almudena y su ayuda frente a
la crisis, pero ahora que la Virgen del Rocío nos va a echar un capote,
que la Virgen del Amor Hermoso -que antaño ya invocaban nuestras madres
en casos desesperados- ha sido condecorada con la medalla de oro del
mérito policial, que la Virgen del Pilar posee la Gran Cruz de la Orden
del Mérito de la Guardia Civi, y que la señora Botella, como alcaldesa
de Madrid, ha recurrido a pedir el auxilio del milagrosísimo Cristo de
Medinaceli, es prácticamente imposible que no salgamos de ésta. Y en
cuanto haga buen tiempo, a sacar a todos los santos en procesión
rogatoria, que seguro que están deseando echar una mano.
Cartas (notas) prescindibles, reflexiones al hilo de lo que sucede (principalmente en España)....
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