En su ánimo de dar contenido y colorido al ignoto pensamiento político de Mariano Rajoy de cara a la próxima campaña electoral, Jose María Lassalle, diputado del PP que pasa por ser su guionista de cabecera, nos lo ha descrito -a Rajoy- como girondino, nada menos. Los girondinos fueron durante la Revolución Francesa un grupo político de centro -dentro de su contexto y circunstancias históricas- compuesto por diputados procedentes del departamento de Gironda y que pertenecían mayoritariamente a la burguesía provincial. Según el historiador Pierre Gaxotte eran burgueses instruídos, republicanos, demócratas, anticlericales y bastante quiméricos y fanáticos, pero con bastante horror a la canalla (el pueblo llano). Para Lassalle, el neo-girondino Rajoy, es un conservador moderado con una visión del mundo atlántica, galaica, en clave periférica y de capital de provincia. Parece que los nuevos girondinos sólo coinciden con los antiguos en una cosa: la visión periférica, centrífuga, provincial, del Estado. Pues tampoco, porque según Lassalle, Mariano Rajoy se ha impuesto sobre otros líderes del PP porque ha sido capaz de mantener su visión de centralidad. Pero en fin, con independencia de la incongruencia de estos pequeños detalles sin importancia, la verdad es que girondino es un calificativo muy lucido. Mucho mejor que el invento de la niña; se nota que Lassalle es profesor de Historia de las Ideas: ha tenido una idea casi histórica.
Cartas (notas) prescindibles, reflexiones al hilo de lo que sucede (principalmente en España)....
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