O sea que Francisco Camps, quien será en breve juzgado por cohecho, ha reclamado su retiro vitalicio consistente en ser nombrado vocal nato del Consejo Jurídico Consultivo (CJC) cuya misión es asesorar jurídicamente -con voz pero sin voto, menos mal- a la Generalitat Valenciana. Ese cargo conlleva el poder disponer de un conductor, para lo cual ya se ha nombrado a Francisco Campos Ibáñez, chófer de Francisco Camps cuando presidía la Generalitat, y también de un asesor que asesore sus labores de asesoría, para lo cual se ha nombrado a Susana Fayos Cabañero quien fue secretaria particular de Camps mientras estaba al frente del Consell, ambos nombramientos por resolución de la Conselleria de Presidencia de la Generalitat Valenciana publicados en el Diari Oficial de la Comunitat Valenciana (DOCV). El Estatuto de los ex-presidentes de la Generalitat reconoce el derecho de éstos a nombrar a dos asesores y un conductor -es decir, aún puede disponer de otro asesor para hacer la media y no equivocarse en sus asesorías- así como a disfrutar de un coche oficial y una oficina de apoyo. Hay quien aún se pregunta por las razones de la escasa consideración de la justicia entre la ciudadanía de éste país.
Cartas (notas) prescindibles, reflexiones al hilo de lo que sucede (principalmente en España)....
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