Fabra, Camps, Costa, ahora Ripoll. Y lo que colee. Parece que el PPCV -uno de los mayores graneros de votos del PP- está ardiendo en combustión lenta, tal y como hace no mucho ardían subterraneamente las Tablas de Daimiel. Y con Rubalcaba -según Pons- ejerciendo de demonio atizador del fuego. ¡Que calorcillo!, ha sido el comentario de Rajoy al respecto: o este hombre es de sangre fría como los lagartos o lleva un forro ignífugo bajo el traje. No me extraña que, en esas condiciones, no perciba lo del cambio climático.
Cartas (notas) prescindibles, reflexiones al hilo de lo que sucede (principalmente en España)....
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