Podría pensarse, teniendo en cuenta la cantidad y diversidad de los medios de comunicación a los que tenemos acceso, así como la técnica que hace posible una transmisión prácticamente instantánea y global, que estamos generalmente bien informados de lo que ocurre en el mundo. Posible sería, pero hay dos causas fundamentales que lo impiden: la primera, nuestra visión limitada o sesgo etnocéntrico. Se nos proporcionan noticias de los otros mundos sólo si afectan a nuestros intereses como integrantes del primer mundo. Por ejemplo, se repiten las noticias sobre piratas somalís sólo porque asaltan nuestros barcos, pero parece que ignoramos que Somalia vive en un perpetuo desastre social -guerra, hambre, enfermedad- desde hace más de veinte años, y únicamente nos enteramos de ello cuando se informa del contexto en el que se produce el secuestro de uno de los nuestros. La segunda es una clara manipulación de la información que, sin ser paranoico ni dado a teorías conspiratorias, es evidentemente promovida y manejada por grupos de poder, y para la cual suele bastar con la aplicación de dos reglas sencillas: la reiteración de verdades a medias y la omisión de verdades incómoda. Así, en relación con el nuevo brote de gripe, raras veces se mencionan los datos de las series históricas de fallecimientos debidas a la gripe, lo que permitiría asignar a la actual la importancia que realmente pueda tener, contrastando información. Se calcula, por ejemplo, que anualmente 3.000 fallecimientos en España pueden atribuirse a la gripe, y en todo el mundo cerca de millón y medio de personas mueren por esa causa al año. Igualmente puede constatarse cuan raramente se cita, por ejemplo, que en la actualidad sí existe una pandemia que mata en Africa diariamente a entre 6.000 y 8.000 personas: el VIH. Claro que esto último ocurre en otro mundo.
Cartas (notas) prescindibles, reflexiones al hilo de lo que sucede (principalmente en España)....
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