sábado, 4 de junio de 2022

Las edades del hombre (y de la mujer, claro)

Hablando de edad, se sabe que se ha llegado a una edad avanzada porque coincide con ser la tercera y, ya se sabe, a la tercera va la vencida; aunque es difícil establecer la frontera entre las edades del hombre, ya que la transición entre ellas no suele ser algo instantáneo, si no más bien progresivo, desacompasado (acelerones y frenazos a nivel personal), difuso y generalmente lento (los viejos lo creen todo, los de mediana edad sospechan de todo, los jóvenes lo saben todo, decía Oscar Wilde; según esto yo no habría llegado aún a la tercera edad; claro que en ésto Oscar Wilde suponía o hablaba de oídas: no llegó a viejo; él mismo escribió también: Escribí cuando no conocía la vida. Ahora que entiendo su significado, ya no tengo que escribir. La vida no puede escribirse; solo puede vivirse. ). 
 
Sin embargo, los síntomas de haber llegado son numerosos y bastante reconocibles, comenzando por los físicos; pero, seguramente,  antes que lo que va dejando de poder hacerse -debido principalmente a esas limitaciones físicas- está lo que ya no se desea hacer: a esa -ésta- edad es más lo que no se quiere hacer que lo que no se puede hacer; quizá la manifestación de una intuición innata en cada uno de nosotros  que nos informa -cada vez con voz más alta- de que, finalmente, todo resultará inútil no sólo para uno mismo como individuo si no también para la especie humana en su conjunto.

Y es lo que no deja de resultar sorprendente: el hecho de que hayamos sido capaces de llegar hasta aquí pese a nuestras evidentes limitaciones, ya se consideren éstas global o particularmente (y con tanto tonto a ser contabilizado como ser humano en éste segundo apartado).

Podría seguir, pero hasta aquí, por hoy, con mi dosis de transición. Que, al menos, no es la del 78; que ¡vaya si nos engañaron en esa! 

(Ha resultado una entrada tan breve que casi me hubiera cabido en un haiku o en un tweet: la edad también, que te hace cada vez más sintético...por añadir algún  contenido concomitante; inserto una reflexión/aforismo de Jorge Wagensberg: El tiempo fisiológico (del envejecimiento) se acelera porque cada vez pasan menos cosas a igual intervalo de tiempo matemático; que yo creía que era una anomalía perceptiva, pero parece que no).

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