Después del ensayo de hace algo más de un mes, insiste el Jefe del Estado en calzarnos su nueva versión del cuento de Navidad para éste año, seguramente por mantener una tradición cuyos orígenes se remontan al mismísimo dictador. Como el guión del de ayer sigue muy de cerca al del ensayo no creo que merezca la pena analizar éste, por no reiterar lo ya dicho respecto al buenismo que caracteriza éste tipo de mensajes vacíos de contenido y tan alejados de la realidad social del país, que parece que se habla de una España que yo, sinceramente, desconozco. Aunque quizá sí merezca la pena destacar su renovado apoyo y agradecimiento -siguiendo otra tradición, puramente borbónica ésta vez- a quienes han propiciado un golpe de mano claramente antidemocrático para garantizar que uno de los dos pilares del bipartidismo continúe, mal que bien, erguido; por no hablar de la particular interpretación en su discurso de las reivindicaciones mantenidas por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) que, para él, supone abrir heridas cerradas y que, sin embargo, los descendientes de más de 100.000 españoles -y también la ONU- consideran heridas abiertas aún después de 80 años (el tiempo por sí sólo no basta para que cierren); que malamente se puede abrir lo que no está cerrado. Por lo demás, todo un variado surtido de tópicos con que rellenar el tiempo de la obligada charleta navideña, algunos de los cuales no por tópicos dejan de ser irritantes, como el que se empeñó en repetirnos unas cuantas veces: los españoles somos buenísimos, pero tenemos que mejorar. Pues qué bien; no me extraña que ésta sea una tierra con tantos santos(as) y beatos(as) camino de serlo.
Cartas (notas) prescindibles, reflexiones al hilo de lo que sucede (principalmente en España)....
domingo, 25 de diciembre de 2016
martes, 20 de diciembre de 2016
Sólo pobreza
En la habitual perversión del lenguaje que padecemos, una de las más frecuentes manifestaciones es la de apellidar los fenómenos sociales que nos ha tocado vivir en ésta época regresiva; así, por ejemplo, lo de la pobreza energética. Que digo yo si no basta referirse a ella únicamente por el nombre -totalmente inequívoco y explícito- o si con el apellido lo que se pretende es diluir o rebajar lo crudo de la constatación de la pobreza en sí, de la cantidad de pobres -que llegan a casi un tercio de la población- que habitan éste país actualmente (muchos de ellos incluso trabajando en las penosas condiciones que han propiciado las recientes reformas laborales). Porque, ¿es que hay alguien que conozca casos de pobres energéticos que no sean pobres en el resto de los aspectos de su vida que dependen de sus recursos materiales?; si se produce la pobreza energética es porque la persona que se ve obligada a no encender la calefacción pasando frío o que vé como le cortan el suministro de energía por falta de pago es porque, en general, no cuenta con los necesarios recursos para afrontar los gastos que conlleva mantener una vida en condiciones dignas, y obligado a elegir entre morir de hambre o morir de frío, prefiere lo segundo, que suele ser más lento.
Seguro que todos los que se ven en tan dramática tesitura y obligados a tan cruel elección, piensan lo mismo -pero por motivos muy distintos, evidentemente- que lo que dicen que ha expresado la hermana menor del actual Jefe del Estado: qué ganas tengo de que acabe esto para no volver a pisar este país. Lo malo es que para todas esas personas no hay visos de que ésto -las condiciones sociales que atañen a los pobres- acabe y seguramente carecen de las posibilidades necesarias para poder exiliarse en Suiza. Y que nadie se extrañe si en la frase anterior añaden calificativos poco amables para éste país.
¿Feliz Navidad?
¿Feliz Navidad?
lunes, 12 de diciembre de 2016
Café-café
Porqué será que Juan Luis Cebrián, en la entrevista (*) que le realizó Jordi Évole ayer en su programa, no lograba transmitir confianza en sus afirmaciones pese a enfatizarlas a base de repetirlas -jamás es jamás, nunca; nada es nada- como cuando en tiempos se pretendía convencer a la gente de que un café lo era realmente a base de denominarlo café-café. ¿Habrá sido culpa del lenguaje corporal con que acompañaba sus palabras, siempre con una mano cerca de la cara, como queriendo esconderse?, ¿sería culpa de la insoportable incomodidad de que se le plantearan ciertas preguntas a alguien perteneciente al establishment y por tanto más allá de las responsibilidades del común de los mortales?, aunque creo yo que alguien que se ha dedicado a comunicar en los medios -y según él mismo, con éxito- debería cuidar todo tipo de comunicación, incluída la no verbal. Pero es que, más allá de las formas, el argumentario del señor Cebrián ante las preguntas más comprometidas de la entrevista fué -como suele ser habitual en los poderosos que se ven en la tesitura de explicarse- una memoria fatal en general para recordar lo que hizo -no me acuerdo que yo cobrara esos millones- acompañada, sin embargo, de una extraordinaria memoria selectiva para recordar todo lo que no hizo, en las ocasiones en que no estuvo y en las que no era -yo no era en esa fecha el director de El País-; además de negarse, directamente, a hablar de sus propias contradicciones: malos argumentos todos ellos para emplearlos en una entrevista en la que se supone que pretendía vender un libro con sus memorias que, sobre esas bases, es fácil que acabe siendo un florido viaje exculpatorio y autopanegirista basado en una realidad totalmente particular, la que se obtiene observando el mundo desde las alturas del poder. Rabrindanath Tagore dijo agradezco no ser una de las ruedas del poder, sino una de las criaturas que son aplastadas por ellas, creo que el señor Cebrián hizo hace tiempo su elección, corroborando otra fase de Goethe: todo aquél que aspira al poder ya ha vendido su alma al diablo. Y basta de citas, que a poco que me descuide acabo como Albert Rivera, citando hasta a Confucio.
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(*) y posteriores...
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(*) y posteriores...
lunes, 5 de diciembre de 2016
Aquellas garantías constitucionales
De los siete padres de la Constitución Española de 1978 quedan tres vivos; casi normal en unos padres cuya hija va a cumplir 38 años y siendo así que alguno de ellos ya era talludito cuando fué padre. Como la mayoría de los padres, imagino que querrían lo mejor para sus hijos, así, cuando redactaron y pusieron en nuestra boca: La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la
seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su
soberanía, proclama su voluntad de consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular; proteger a todos los españoles y pueblos de
España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y
tradiciones, lenguas e instituciones; promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida; establecer una sociedad democrática avanzada, y colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra. Y no sólo eso, tan amplio e inconcreto, sino que en una serie de artículos incluídos en el Capítulo 2º (Derechos y libertades) se nos garantizaba, con carácter previo, que todos los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión,
opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, para luego, concretamente, garantizar a todos los españoles lo siguiente: se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto; ninguna confesión tendrá carácter estatal; se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa; que todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los
jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses
legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión; que todos (los españoles) tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza; que todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo; que la ley garantizará el derecho a la negociación colectiva laboral entre los representantes de los trabajadores y empresarios; que los poderes públicos fomentarán una política que garantice la formación y
readaptación profesionales; que los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia; que los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho; que todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada; que los poderes públicos realizarán una política de previsión, tratamiento,
rehabilitación e integración de los disminuidos físicos, sensoriales y
psíquicos a los que prestarán la atención especializada que requieran; que los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y
periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos
durante la tercera edad.
¿Qué?, ¿que no es bonito?; ya sólo queda cumplirlo, porque pocas de esas garantías han pasado del papel a la calle tras 38 años, edad en la que actualmente muchos españoles echan en falta todas y cada una de esas garantías (incluída la última que, a la vista del incumplimiento de las anteriores, no esperan llegar a disfrutar nunca), aunque todas ellas vinculan a todos los poderes públicos en garantía de su cumplimiento, según reconoce expresamente la propia Constitución.
Sí, yo también me lo pregunto: ¿qué celebramos en España?
jueves, 1 de diciembre de 2016
Desafortunadamente
De nuevo, la diosa Fortuna pillada en ausencia: la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, cree que las declaraciones del alcalde de Alcorcón, David Pérez, sobre las feministas -mujeres frustradas, amargadas, rabiosas y fracasadas, según él- han sido desafortunadas; normal, la diosa Fortuna no sabemos si será feminista, pero cabe suponer que sí será femenina, al menos. Y, con posterioridad, no se le ocurrió al señor Pérez otra cosa que completar el paquete de calificativos con el de hienas -que mala prensa tiene éste mamífero por ser carroñero, cuando la propia especie humana lo es- escribiendo en un tweet: Noto a las hienas intentando morderme pero es que no me llegan ni a los talones; ¡que altote debe ser el señor Pérez!
Que los grupos municipales de PSOE, Ganar Alcorcón, Ciudadanos e IU-LV -que
suman 17 de los 27 concejales- hayan presentado -y ganado- una moción urgente para exigir la dimisión inmediata de
David Pérez (PP) como alcalde de Alcorcón, al parecer no es suficiente para que éste, a quien le parece muy sorprendente que hayamos llegado al siglo XXI todavía con ese
feminismo rancio, radical y totalitario, asuma el resultado de esa votación, ya que, según él, la decisión de quién gobierna no se toma en una votación de este tipo,
sino en unas elecciones -según ya lo expresó con meridiana claridad el propio Rajoy- donde los vecinos van a votar; que ya hayan votado y ello haya supuesto una representación en concejales que, mayoritariamente, ha solicitado su dimisión, al parecer no le concierne.
Según el señor Pérez, sus insultos a las feministas son un montaje. Ya, pero un montaje que él mismo ha ido montado con perseverancia. Porque sus palabras no se deben a una ausencia accidental de la diosa Fortuna, ya en Agosto de éste mismo año demandó a la asociación Arcópoli por haberle acusado de homofobia,
transfobia y bifobia, a lo que ésta Asociación respondió con un breve historial reciente del señor Pérez en una carta abierta en El País.
A pesar de todo ello, el señor Pérez no se considera a sí mismo machista. Está claro que lo que más puede llegar a separarnos es el propio lenguaje, o por ser más exactos, la semiología.
miércoles, 23 de noviembre de 2016
Hipocresía
No es ningún descubrimiento, más bien un recordatorio: en éste país se mejora muchísimo al abandonar el escenario, quiero decir al morir; es una tradición muy de aquí. Será por eso que andan muy revolucionados en el PP por la falta de respeto para con la fallecida Rita Barberá -casualmente, los mismos que hace pocos días procuraban evitarla por todos los medios para ni siquiera salir con ella en una foto- de quienes no han permanecido en el hemiciclo del Congreso de los Diputados para guardar un minuto de silencio en su memoria.
Conviene en todo caso tener, efectivamente, la necesaria memoria para recordar que el grupo parlamentario del PP se opuso a guardar igualmente un minuto de silencio tras el fallecimiento de José Antonio Labordeta alegando que nunca se había hecho antes y pese a que Labordeta sí había sido diputado del Congreso y no senador, como ha sido el caso de Rita Barberá. Por no recordar, también, cuando ella misma se burló de la memoria de las víctimas del accidente del Metro de Valencia ante los manifestantes de la Intifalla en Marzo de 2015. Es lo malo de padecer memoria selectiva -seguramente por sobrecorrección de disonancias cognitivas- que al mirar atrás sólo con un sólo ojo el otro se vuelve vago y hacerse el tuerto con frecuencia puede acabar con la capacidad de poder ver la realidad como es, en profundidad.
Respecto a los representantes del PP mencionados al principio, esos panegiristas que para dentro de nada estarán proponiendo la canonización de Rita de Valencia (tendrán que empezar por rezar pidéndoselo a su propia santa, Rita de Casia, patrona de los imposibles, aunque, por otra parte, parece que sólo se requieren dos milagros -con los innumerables que se le atribuyen en el PP-, y sólo uno si se es mártir) pocas veces he visto personificados tan inequívocamente los pasajes de Mateo 23:27 y 23:28: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!
Porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la
verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda suciedad. Así también vosotros, por fuera parecéis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. Y podría citar bastantes nombres propios en el PP como practicantes habituales de la magnífica hipocresía que define Edmund Burke, de esa que no tiene ninguna intención de cumplir las promesas que hace y que, por tanto, no cuesta nada; ya dijo antes Quevedo que nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir; por su actividad política como hombre de confianza del duque de Osuna sabía de qué hablaba e igualmente opinaba que la hipocresía, siendo pecado en lo moral, es grande virtud política.
jueves, 17 de noviembre de 2016
Cuento de Navidad
En la apertura -que es usual adjetivar de solemne, como de incomparables los marcos- de la XII Legislatura, ha comenzado el Jefe del Estado recordado el espíritu de la Transición, glosando aquella concordia, aquella generosidad y aquella responsabilidad -ya se sabe que las cosas buenas llegan siempre de tres en tres- que si bien nunca fueron tan así, le han venido bien como mensaje de reconocimiento al PSOE -y también, aunque en menor medida, a Ciudadanos- por facilitar el desbloqueo institucional que ha permitido finalmente la formación de gobierno por parte del PP. Ha insistido, por si alguien no lo entendía: creo que la crisis de gobernabilidad se ha resuelto con diálogo, con responsabilidad y con generosidad; que tanto ha insistido en lo de la generosidad y la fraternidad, que yo ya esperaba oír, de seguido, libertad e igualdad completando la tríada revolucionaria; se ha abstenido seguramente en recuerdo de algún ilustre antepasado Borbón.
Que bonito sería que una mínima parte de los bellos deseos expresados por el Jefe del Estado se hicieran efectivos realmente y no que acabara sonándonos todo a cuento de Navidad repetido -en realidad a cuento chino- con la entonación que de niños dábamos a los versos mal recitados.
Pero al finalizar su discurso, a éste Borbón se le veía encantado recibiendo los aplausos de sus señorías. Y es que seguramente han durado más de lo previsto para compensar la abstinencia efusiva de los miembros de algunos grupos parlamentarios. Pero, como decían en Expediente X: la verdad está ahí fuera; aún, como el dinosaurio de Monterroso.
Libertad religiosa
Dando por bueno el simplismo radical que supone afirmar que quien no está conmigo está contra mí, la fundación de la Santa Sede Ayuda a la Iglesia Necesitada, en su Informe sobre Libertad Religiosa en el Mundo (2016) nos informa de que, en España, el crecimiento y auge de una izquierda mucho más radical y
anticlerical, representada en Bildu, Compromís, las Mareas gallegas y
las distintas marcas electorales de Podemos, los cuales acceden a
ámbitos de poder que hasta ahora no habían tenido, permiten presagiar
que la situación de la libertad religiosa en España pueda empeorar
sustancialmente en los tiempos venideros. Tal cual.
Según el mismo informe, ese presagio se deduce de los Incidentes (denominados Ataques anticristianos en el informe) tales como la solicitud de retirada de imágenes religiosas de ámbitos públicos, discursos políticos alusivos a los supuestos privilegios y financiación ilegal de la Iglesia mediante exenciones de impuestos, mención de los numerosos casos de pederastia dentro del clero, declaraciones de intención sobre la supresión de enseñanzas confesionales en el ámbito de la educación pública, y donde -incluso- no faltan verdaderos incidentes, como puedan ser la quema de las puertas de dos iglesias (en Málaga y O Grove (Pontevedra)) o las manifestaciones de junio de 2014, cuando activistas del grupo feminista Femen con los pechos al aire se encadenaban en la catedral de la Almudena
de Madrid, y el 20 de noviembre profanaban el cementerio de Paracuellos
del Jarama (Madrid). Tampoco falta en el informe, en su apartado sobre el marco legal y su aplicación, y como menciones destacadas, la condena de 4320 euros a la concejala de Madrid, Rita
Maestre, por profanar la capilla de la Universidad Complutense en marzo
de 2011 (meses depués absuelta); o la de 12 años a los terroristas que pusieron una bomba en la basílica del Pilar en octubre de 2013.
Finaliza el informe asegurando que en lo tocante a libertad religiosa en España, cabe hablar de un panorama
de cierta intolerancia, muy focalizada en los ámbitos de lo que se da
en llamar “la izquierda”, que recupera una vieja seña de identidad
abandonada en los últimos tiempos cual es el la del anticlericalismo,
disfrazada bajo términos como “laicismo”, “separación Iglesia-Estado”. O sea, que defender esto último, que supone uno de los fundamentos de un Estado moderno desde la Revolución Francesa acá, es disfrazar el anticlericalismo. Que si por la Iglesia católica fuera, volveríamos al Estado teocrático, supongo.
En todo caso, parece conveniente recordar que la libertad de culto o libertad religiosa es un derecho fundamental que se refiere a la opción de cada ser humano de elegir libremente su religión, de no elegir ninguna, o de no creer o validar la existencia de un Dios y ejercer dicha creencia públicamente, sin ser víctima de opresión, discriminación o intento de cambiarla a la fuerza. Y del propio informe lo que en realidad puede deducirse con claridad es que la única libertad religiosa que realmente peligra en España es la de los no católicos (*). Según Azaña, la libertad -también la religiosa- no hace ni más ni menos felices a los hombres; los hace, sencillamente, hombres. Está más que claro que la Iglesia católica no estuvo -ni está- de acuerdo con él; antes que personas (hombres y mujeres) quiere fieles: apacentar un rebaño de dóciles borregos.
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(*) Según la nota aclaratoria [Fuentes-2] del mencionado informe, Ateos, agnósticos, musulmanes y los judíos no superan los 15000. Ignoro que fuentes hayan permitido estimar ese total tan manifiestamente escaso e irreal y como ese dato puede concordar con el 30,7% de no-cristianos admitido al comienzo del informe.
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(*) Según la nota aclaratoria [Fuentes-2] del mencionado informe, Ateos, agnósticos, musulmanes y los judíos no superan los 15000. Ignoro que fuentes hayan permitido estimar ese total tan manifiestamente escaso e irreal y como ese dato puede concordar con el 30,7% de no-cristianos admitido al comienzo del informe.
martes, 8 de noviembre de 2016
Lo normal
Ya casi agotado el barro del charco en el asunto del piso que Ramón Espinar vendió en 2010 (aunque en El Mundo han añadido un poco de agua para poder informarnos de que en fechas próximas a la venta, Espinar se manifestaba bajo el lema Sin casa, sin curro, sin pensión, sin miedo; parecen insinuar que vendió la vivienda por el gusto de poder manifestarse), y visto que es gratis y además entretiene bastante al personal, ahora le ha tocado el turno a ... otro dirigente de Podemos; casualidades que ocurren.
Y es que la
presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha manifestado en una entrevista televisada su
extrañeza porque Pablo Iglesias viva en un piso de protección oficial en Vallecas -propiedad de un familiar- a
pesar de su nivel de ingresos, y ha recordado que este tipo de viviendas
están pensadas para personas con determinadas necesidades económicas. La señora Cifuentes ha insistido en que no le parece normal que una persona en situación económica tan desahogada ocupe una vivienda
protegida que nace con otros fines.
Pero, sin duda, a la señora Cifuentes le debe parecer muy normal que Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda y
diputado del PP por Sevilla, se haya embolsado durante las pasadas legislaturas 1.823,86 euros mensuales del
Congreso de los Diputados en dietas de alojamiento y manutención -a añadir a su salario salario oficial, de 64.053,79 euros anuales- pese a que tiene tres pisos en propiedad en Madrid. O que ninguno de los 10 miembros del Gobierno del PP que han ocupado escaño en el Congreso -incluído Mariano Rajoy, que tenía la vivienda asegurada y costeada con dinero público- ni el propio Montoro, hayan renunciado a cobrar ese complemento por alojamiento y manutención.
Por eso eres escritor -concluye Roberto- porque las cosas raras te parecen normales y las normales, raras, escribe Juan José Millás en su novela La mujer loca, cuya protagonista es Julia, una joven que trabaja en una pescadería; menos mal: no coincide ni el nombre, ni la edad ni la profesión para poder achacar a Millás poderes premonitorios. Aunque lo de verdad tiene nerviosa a Cristina Cifuentes es que se le acabe el bacalao que seguir partiendo. Si eso ocurriera, que se dedique a escribir: según el Roberto de la novela de Millás tiene dotes; es fácil suponer que no le saliera nada con la magia del propio Millás, pero oye, insistiendo, insistiendo...y ella es muy de insistir: lleva en el PP desde cuando ni se llamaba así, pero mira los frutos de su persistencia: presidenta de la Comunidad de Madrid.
sábado, 5 de noviembre de 2016
El guiñol: Epílogo (*)
No es infrecuente que en los guiñoles acabe ganando el malo, lo cual provoca que los niños más sensibles terminen llorando y el resto quede con cara de pasmo: así nos hemos quedado muchos españoles, con la boca abierta y alguna que otra lágrima entre los votantes del PSOE, sobre todo; aunque era previsible: las muertes anunciadas acaban con difunto a los postres (Pedro Sánchez, en éste caso).
Bueno, pues ya tenemos gobierno -aproximadamente el mismo que hemos tenido en funciones el último año y de forma efectiva en los cuatro años anteriores- y el señor Rajoy de tan asumido que tiene el esquema bipartidista -tan gustoso para él- de forma simultánea al nombramiento de ministros, también ha decidido nombrar a la oposición, a quien ha de desempeñar el papel malo oficial -el PSOE- en las próximas escenas del guiñol que piensa seguir representando. Eso sí, un PSOE ya convenientemente descabezado, que dá menos trabajo un títere con menos hilos (y también, porqué no, por darle ese capricho a quien ha facilitado su investidura como presidente). Y en la actual gestora del PSOE, tan contentos fantaseando con ser una oposición entre firme y dura, sin tener en en cuenta que en nuestro sistema parlamentario no existe como tal el puesto de jefe de la oposición ni es de aplicación el sistema Westminster usado por los británicos y que, si descontáramos los votos de los quince parlamentarios que votaron NO en la investidura de Mariano Rajoy, el PSOE no es el partido que cuenta con mayor representación parlamentaria sin estar en el gobierno, además de ser desconocido su candidato a ocupar la presidencia del Gobierno; el papel de líder de la oposición está vacante en su grupo parlamentario en la actualidad. En esa gestora desean que Pedro Sánchez sea como Bruce Willis en El sexto sentido, muerto sin saberlo, pero no se dan cuenta que también el PSOE actual se asemeja bastante a los zombies de la Noche de los muertos vivientes. Y que como se empeñen en continuar representando ese papel, vamos a pasar de la cara de pasmo y las lágrimas a la risa nerviosa: no hay nada más fácil para conseguir una carcajada que el terror patético.
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(*) Escenas: I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX y X
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(*) Escenas: I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX y X
domingo, 30 de octubre de 2016
Memoria
Por éstas fechas se cumplen los 80 años de la llegada a un Madrid asediado de los primeros brigadistas internacionales que, en un ejemplo rotundo de solidaridad, vinieron desde sus países a luchar -y a morir- en España en defensa de la democracia. Coreaban el no pasarán mientras, a toda prisa -del desfile por la Gran Vía al frente, que estaba inmediato- corrían en auxilio de los milicianos que soportaban a duras penas el empuje del Ejército sublevado en la Casa de Campo y la Ciudad Universitaria. En 1938 la República decidió repatriarlos con la esperanza de que los sublevados hicieran los propio con las tropas que Alemania e Italia habían enviado. Aunque ni así muchos evitaron la amargura y la rabia de saber que por las mismas calles que ellos desfilaron lo hacían las tropas de Franco en 1939, mientras se escuchaba el chotis Ya hemos pasao, que cantaba Celia Gámez.
Por ésta fechas también, y después de un año, parece que ya tenemos gobierno, que Mariano Rajoy y el PP también han pasao sobre el NO es NO del PSOE que, finalmente, ha quedado diluído en una vergonzante negación de los principios democráticos y un descarado apoyo a un sistema político que defiende intereses minoritarios, ocultos y ajenos a los de la mayoría social del país. José Blanco, uno más de los numerosos muñidores del aparato del PSOE que ha puesto en escena el guiñol mediante el cual se ha conseguido que todo siga como Dios manda -y, al efecto, ya es presidente del Comité Federal de su partido- opina que en ocho meses el PSOE estará como nuevo y que tanto militantes como votantes lo habrán olvidado todo.
Aunque hay veces en que ni en ocho meses ni en ochenta años.
miércoles, 26 de octubre de 2016
Crecimiento negativo
Hay frases que funcionan tan bien como frase que pocos se detienen en reflexionar sobre su significado: así ocurre con la famosa frase quienes desconocen la historia estan condenados a repetirla; tanto éxito tiene que, en sus distintas variantes, se ha atribuído -además de a Churchill, al que se le atribuyen todas las suyas y muchas ajenas- a Cicerón, Napoleón, Lincoln y Santayana (aunque éste último lo que parece que dijo es el país que no recuerda su pasado está condenado a repetirlo; tanto dá).
Pero el contenido último de la frase tiene gran parte de verosimilitud, ya que no es sino la expresión particular y aplicada a la historia, de uno de los fundamentos generales de la ciencia, que utiliza como herramienta fundamental el método del ensayo y error (método heurísitico) para contrastar hipótesis: en el momento que se olvida -o se niega- el error pocos progresos son posibles desde un punto de vista científico ya que, en vez de buscar alternativas, es fácil repetir la misma solución errónea que impide avanzar.
Este país intentó hace algo más de un siglo un método o sistema político -conocido como La Restauración- que, basado en una apariencia democrática, lo que en realidad pretendía era el mantenimiento de los privilegios e intereses de una minoría detentadora del poder, fundamentalmente económico; el accidentado final de ese sistema lo describía con crudeza pero analíticamente Ortega y Gasset en su revista España; imposible que sus palabras de entonces no nos parezcan como escritas ayer cuando habla del desprestigio radical de todos los aparatos de la vida pública o de una España oficial ajena a la ciudadanía, apuntando él mismo la solución: si nuestro pueblo ha perdido su fé en todos los institutos oficiales, hace falta que la cobre en sí mismo.
Por la misma época, en 1912, Benito Pérez Galdós también nos dejó por escrito sus reflexiones sobre la política de éste país en La fe nacional y otros escritos sobre España:
Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y analfabeta.
...
Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos...
...
Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis ética, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental.
Pero el contenido último de la frase tiene gran parte de verosimilitud, ya que no es sino la expresión particular y aplicada a la historia, de uno de los fundamentos generales de la ciencia, que utiliza como herramienta fundamental el método del ensayo y error (método heurísitico) para contrastar hipótesis: en el momento que se olvida -o se niega- el error pocos progresos son posibles desde un punto de vista científico ya que, en vez de buscar alternativas, es fácil repetir la misma solución errónea que impide avanzar.
Este país intentó hace algo más de un siglo un método o sistema político -conocido como La Restauración- que, basado en una apariencia democrática, lo que en realidad pretendía era el mantenimiento de los privilegios e intereses de una minoría detentadora del poder, fundamentalmente económico; el accidentado final de ese sistema lo describía con crudeza pero analíticamente Ortega y Gasset en su revista España; imposible que sus palabras de entonces no nos parezcan como escritas ayer cuando habla del desprestigio radical de todos los aparatos de la vida pública o de una España oficial ajena a la ciudadanía, apuntando él mismo la solución: si nuestro pueblo ha perdido su fé en todos los institutos oficiales, hace falta que la cobre en sí mismo.
Por la misma época, en 1912, Benito Pérez Galdós también nos dejó por escrito sus reflexiones sobre la política de éste país en La fe nacional y otros escritos sobre España:
Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y analfabeta.
...
Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos...
...
Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis ética, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental.
Estremece, creo, pensar que ésta descripción de la situación en España hace cien años podría perfectamente ser la de hoy.
Podríamos intentar, utilizando el método científico (y partiendo del conocimiento de nuestros errores históricos), abreviar un poco los plazos y que no fueran lustros los necesarios para el progreso social de éste país; que desde las circunstancias actuales y con los métodos propuestos en los últimos años, no ya es que no avancemos, es que hemos retrocedido 50 años en cuatro. Otros tantos de políticas semejantes -según ya parece estar en condiciones de prometernos el PP, con el concurso del PSOE, los actuales restauracionistas, con algún coyuntural auxilio regeracionista- y habremos llegado al comienzo del siglo XX no tardando; la uniforme aceleración del crecimiento negativo, según la neolengua que ahora se utiliza.
Podríamos intentar, utilizando el método científico (y partiendo del conocimiento de nuestros errores históricos), abreviar un poco los plazos y que no fueran lustros los necesarios para el progreso social de éste país; que desde las circunstancias actuales y con los métodos propuestos en los últimos años, no ya es que no avancemos, es que hemos retrocedido 50 años en cuatro. Otros tantos de políticas semejantes -según ya parece estar en condiciones de prometernos el PP, con el concurso del PSOE, los actuales restauracionistas, con algún coyuntural auxilio regeracionista- y habremos llegado al comienzo del siglo XX no tardando; la uniforme aceleración del crecimiento negativo, según la neolengua que ahora se utiliza.
miércoles, 19 de octubre de 2016
Sonrisas y lágrimas
Llevo ya tiempo intrigado por la(s) posible(s) causa(s) de las sonrisa(s) de los políticos, o, mejor dicho, en los políticos, ya que parece que el espíritu de la felicidad habite en ellos de forma permanente. Así es; ¿quién no se preguntó porqué sonreían Pedro Sánchez y Mariano Rajoy cuando éste último tuvo el gesto -malo- de evitar darle la mano al primero en la corta entrevista en la que aquél le transmitió su negativa a apoyar un gobierno del PP?, ¿quién no siente curiosidad por conocer el chiste que Moreno Bonilla acaba de contar a Susana Díaz -o viceversa- en la foto adjunta?, ¿están celebrando -por anticipado- el buen fin del dificultoso Pacto de No Agresión entre Rajoy (¿Hitler?) y Fernández (¿Stalin?) para el reparto de España (¿Polonia?)?; por lo pronto, Moreno (¿Ribbentrop?) ya ha explicado que el PP había decidido retirar los tanques para facilitar las cosas a Díaz (¿Molotov?).
Aunque, seguramente, algunos de los que lean ésto ya habrán llegado a una conclusión hace tiempo y sin tanto gasto en palabras: los políticos -en general- se ríen de todos nosotros; en la película Sonrisas y Lágrimas que vivimos a diario se vé que la primera parte se la han adjudicado al completo a los políticos y la segunda a la ciudadanía.
martes, 18 de octubre de 2016
Resistir es vencer
Guillermo Fernández Vara, presidente del gobierno autonómico y secretario general del PSOE en Extremadura, continúa siendo uno de los principales defensores de permitir la investidura de Mariano Rajoy porque, a su modo de ver, aunque nadie en el PSOE quiere
que Mariano Rajoy sea presidente, no discutimos eso, no discutimos
si el presidente es Rajoy u otro, no hay alternativa, sino si lo es
ahora o dentro de 55 días. Yo diría que, de forma subyacente, lo que se discute es si el PSOE tendría hoy más o menos diputados que tras la celebración de unas terceras elecciones; que, entre otras causas, el previsto desastre lectoral del PSOE en esas hipotéticas elecciones tiene mucho que ver con la posición abstencionista del señor Fernández Vara y de la actual gestora del PSOE.
Resistir es vencer, fué el lema que acuñó Juan Negrín -un socialista al que tampoco el PSOE trató muy bien- al final de nuestra guerra civil; pocos dudan hoy de que si las democracias occidentales no se hubieran doblegado al expansionismo nazi en el Pacto de Munich de 1938 y las circunstancias internacionales hubieran permitido a la II República española resistir un año más, el resultado de la guerra civil no hubiera sido el mismo.
Por diversas razones, el PSOE no sólo es que puede resistir, es que debe resisitir. Y dentro de 55 días -no en Pekín, sino en España- veremos.
domingo, 16 de octubre de 2016
Técnicamente
Anda la gestora del PSOE decidiendo la forma de dar paso al gobierno del PP de Rajoy y cómo y -sobre todo- cuanto abstenerse para que ello sea posible; parece ser que por coherencia prefieren que todos los socialistas permitan a Rajoy formar gobierno, aunque, por otra parte, también parece ser que creen que, para conseguir el mismo resultado, la mancha mínima la produciría lo que ha venido en denominarse abstención técnica, es decir, la ausencia de 11 diputados del PSOE durante la votación de investidura. Las palabras técnico/a que derivan de la griega téchne (arte) definen aquello perteneciente o relativo a las aplicaciones de las ciencias y las artes ó la habilidad para conseguir o ejecutar cualquier cosa; sinceramente no veo qué arte, ciencia o incluso habilidad es necesario poner en práctica para que once diputados, omitiendo su deber de votar -ya sea en conciencia o siguiendo las directrices de su grupo parlamentario- se ausenten durante la votación de investidura para ir al retrete. Es más, tras tal despliegue técnico ¿quedarían impolutas la responsabilidad y la coherencia del resto de los diputados del PSOE y las del propio grupo parlamentario socialista?
Parece que en la gestora del PSOE han pensado -contra lo su portavoz manifiesta a menudo- antes en los intereses del partido y en su probable desastre electoral en unas terceras elecciones que en lo que sería bueno para España y para los españoles. Que ésto último, en ningún caso pasa porque el PP continúe gobernando para intentar salvaguardar el grueso de las políticas antisociales de sus años de mayoría absolutista; no debería ser necesario insistir en que la única coherencia esperable del PSOE es que se abstuviera de abstenerse ante esa posibilidad, es decir, que mantuviera el NO ante ella.
Tal vez en la gestora del PSOE, cuando hablan de técnica se estén refiriendo -sintetizándola- a la frase del filósofo y sociólogo alemán Theodor Adorno: La mentira, que una vez fue un medio liberal de comunicación, se ha
convertido hoy en una más entre las técnicas de la desvergüenza con cuya
ayuda cada individuo extiende en torno a sí la frialdad a cuyo amparo
puede prosperar. Quien dice individuo, dice individuos.
sábado, 15 de octubre de 2016
Estabilidad y gobernabilidad
En la la rueda de prensa posterior al Consejo de ministros del pasado viernes, la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría -se
vé que ésta vez si llevaba el gorrito del PP, en anteriores ocasiones ha
opinado que en esas ruedas de prensa tras el Consejo de ministros no
debe realizar declaraciones partidarias- nos ha comunicado su opinión sobre el caso Gürtel; según ella se están enjuiciando hechos de hace bastantes años -los suficientes para que los delitos si existieron, hayan prescrito, parece sugerir- por lo que el contenido de las declaraciones de los procesados no debe inmiscuirse en la formación de un Gobierno para el futuro de los españoles.
Esto es, desde luego, opinable y concretamente en mi caso, opino justo lo contrario: los españoles deberían sacar las oportunas conclusiones de esas declaraciones -aún antes de que exista sentencia en los juicios por corrupción- cotejándolas con el resto de numerosos indicios que apuntan a una corrupción sistémica para que ello influyera -si se dá el caso de que la ciudadanía pueda realmente opinar en el futuro- evitando la formación de un gobierno del que cabría esperar que estuviera más preocupado por los beneficios del gran capital y de grandes empresas que por el futuro de los españoles; porque todo apunta a que esas grandes empresas son parte integrante del problema de la corrupción que constituye, en sí, el propio sistema económico y productivo vigente, un sistema en el que corruptores y corruptos medran en agradable simbiosis a costa del resto de los españoles.
Estamos hablando de dar estabilidad a los españoles, de darle
gobernabilidad y creo que eso está por encima de los procesos que
distintos partidos políticos tienen abiertos en distintos tribunales en
nuestro país, insistió la vicepresidenta en funciones. Y yo reitero: para la mayoría de los españoles no se trata de estabilizar la precariedad y el desempleo, no se trata de prolongar en el tiempo la acción de un gobierno que nos ha traído inmisericordes e injustos recortes en los servicios públicos; no se puede razonablemente ignorar una corrupción que ha tenido como efecto principal detraer numerosos recursos de los fondos públicos -como si ello fuera irrelevante en base a la posible prescripción de los delitos- y que apunta directamente a un partido que pretende formar gobierno. La gobernabilidad en esas condiciones no es un bien en sí mismo ni algo deseable para los españoles, es una condena para todos nosotros.
viernes, 14 de octubre de 2016
Sesgando la verdad
Parecería, tras las declaraciones de Francisco Correa ante el tribunal de la Audiencia Nacional en las que manifiesta que terminó su relación con el PP por falta de química personal entre los miembros directivos de la trama Gürtel y Mariano Rajoy, que deberíamos deducir que Rajoy y su equipo fueron los que, de algún modo, acabaron con las relaciones entre esa trama y el PP a nivel nacional; sin duda esa es la intención de Correa en su búsqueda de un acuerdo con la fiscalía que le permita reducir su prevista condena: proporcionar nombres de chivos expiatorios de figuras de segundo nivel en el PP -Bárcenas, Alvarez Cascos, Arenas, etc.- preservando, al mismo tiempo, la figura de Rajoy como representante actual de un poder que aún podría recaer sobre él con mucho peso; difícil equilibrio que sin duda Correa lleva tiempo afinando y graduando para ver como poner en práctica una forma de tirar de la manta que conjugue sus dos necesidades actuales.
Pero lo más verosímil es que el abandono de la trama Gürtel de Madrid y de la sede central del PP para trasladar el grueso de su negocio a Valencia se deba a causas mucho más simples y que nada tienen que ver con compatibilidades ni químicas personales: en 2004 el PP deja de gobernar en España pero continúa gobernando de forma absoluta y absolutista en la Comunidad Valenciana; a partir de entonces los contratos de obra pública de los que beneficiarse como intermediarios y conseguidores -que era a lo que, fundamentalmente, se dedicaba la trama Gürtel- ya sólo estaban en Valencia, que eran donde podían manejarse a voluntad de corruptores y corruptos; tan simple como eso. La declaración de Correa constituye una verdad sesgada (torcida) y por tanto deja de ser toda la verdad y sólo la verdad. O sea, deja de ser la verdad.
Dijo Jacinto Benavente que La peor verdad sólo cuesta un gran disgusto. La mejor mentira cuesta muchos disgustos pequeños y al final, un gran disgusto. A elegir. Por lo que sabemos de Rajoy, él lleva tiempo intentando lo segundo.