O sea, que ni haciendo trampas con las devoluciones devengadas a los
contribuyentes ha podido hacer buena el señor ministro de Hacienda la
cifra del déficit del Estado comprometida ante Europa. Cuando hace
relativamente poco el señor Montoro insistía con la chulería propia de
un matón del Oeste que le recordáramos cuando Eurostat había desmentido
las cifras del gobierno, bien podría haber salido de la penumbra un John
Wayne que le dijera con voz neutra pero firme: "pronto, muy pronto". Y
no porque diera la casualidad de que el héroe de turno resultara ser un
experto en macroeconomía, si no porque viendo el panorama general del
país hasta el más lerdo se dá cuenta que las cuentas no cuadran, ni se
dan las condiciones de que puedan hacerlo.
Cartas (notas) prescindibles, reflexiones al hilo de lo que sucede (principalmente en España)....
miércoles, 27 de marzo de 2013
domingo, 24 de marzo de 2013
Curando la amnesia
Cada una de las conocidas actuaciones de miembros de la clase
política relacionadas con la corrupción, me reafirman en antiguas
sospechas creo que producto del sentido común, ese del que algunos dicen
andar sobrados, sin que se les note gran cosa su uso.
La primera es que por muy extraterrestre y ajena que nos parezca la conducta de los políticos corruptos, lo cierto es que responde a la cultura profunda de este país en cuanto a tomar el atajo que nos evite el sudor permanente del esfuerzo y el trabajo; simplemente ellos están cerca de los recursos públicos y la tentación de olvidarlo -que son públicos- es permanente: hablando en general, cualquiera en sus circunstancias es posible que tambien acabara olvidándolo.
La primera es que por muy extraterrestre y ajena que nos parezca la conducta de los políticos corruptos, lo cierto es que responde a la cultura profunda de este país en cuanto a tomar el atajo que nos evite el sudor permanente del esfuerzo y el trabajo; simplemente ellos están cerca de los recursos públicos y la tentación de olvidarlo -que son públicos- es permanente: hablando en general, cualquiera en sus circunstancias es posible que tambien acabara olvidándolo.
La segunda es que si esto es así, el recordatorio tiene que venir
siempre desde fuera del interesado -nunca mejor dicho- ya que una vez que se olvida quien es el propietario y quien el administrador de los fondos públicos, la amnesia
suele ser permanente y total. Quiero decir que no podemos pretender que
sean ellos mismos los que pongan veto a sus tendencias como no podemos
esperar de un adicto a las drogas que cese en su adicción sin ayuda
externa a él mismo.
Así pues, puestos en la tesitura en la que nos jugamos la misma existencia de lo público, no podemos andar con paños calientes, esperando que sean los partidos políticos los generadores del necesario proceso de renovación democrática: no podemos esperar a que se quiten, debemos apartarlos nosotros.
Así pues, puestos en la tesitura en la que nos jugamos la misma existencia de lo público, no podemos andar con paños calientes, esperando que sean los partidos políticos los generadores del necesario proceso de renovación democrática: no podemos esperar a que se quiten, debemos apartarlos nosotros.
jueves, 21 de marzo de 2013
Los cuadros de Bárcenas
El señor ministro de Hacienda ha venido últimamente
recordando a numerosos colectivos -actores y políticos, entre otros- la
obligación de pagar impuestos, como si la actuación de los inspectores
de su ministerio fuera graciable y no obligatoria en todos los casos
previstos por la ley.
Pues bien, le propongo un nuevo objetivo concreto. El señor Bárcenas,
ante la pegunta del fiscal respecto a si declaraba sus adquisiciones de
obras de arte en el impuesto sobre patrimonio ha manifestado que, la
realidad es que unas veces sí y otras no. Como es práctica habitual, por
otra parte. Que si realmente es práctica habitual, y el señor ministro
sólo dedica sus esfuerzos a colectividades, ya tiene otro filón por
explotar: el de los coleccionistas de arte.
sábado, 9 de marzo de 2013
Analizando las donaciones
Desde luego, cada persona puede decidir denominar a las cosas como desee, pero es conveniente que, -si desea hacerse entender- utilice palabras cuyo significado sea el comunmente aceptado. El señor Bárcenas ha declarado ante un juez que fué al notario para manifestar por escrito que él, personalmente, llevó -junto a otra persona- una contabilidad analítica de las donaciones que llegaban al PP. Vamos a ver: se entiende por contabilidad analítica o de costes la contabilidad que utiliza el conocimiento pormenorizado de los costes para fundamentar las decisiones estratégicas de una empresa o como puedan ser la rentabilidad de un producto o la fijación de precios. También se entiende por donación la acción de donar que es, según el diccionario, "traspasar graciosamente una persona a otra algo o el derecho que sobre ello tiene".
Y graciosamente quiere decir, en este caso, sin esperar premio ni recompensa.
Puesto que parece ser que la contabilidad analítica a la que se refiere el señor Bárcenas es la misma contabilidad secreta que él llevaba y que dejó de serlo -secreta- cuando la publicó El País, que cada uno traduzca analítica y donación a términos más reales de forma que pueda ir entendiendo, propiamente, lo que el señor Bárcenas ha intentado explicar al señor juez.
jueves, 7 de marzo de 2013
Casa Real
Los medios de comunicación se están acostumbrando últimamente a denominar a la Casa Real como Casa Real, sin el artículo, como si tan minúsculo aditamento restara prestancia a la magnífica exclusividad que supone la realeza. Así, es frecuente -en éstos tiempos en que la institución está presente a diario en los medios- desayunarnos con un "Casa Real asegura que" ó "desde Casa Real informan" sin que quedemos muy bien informados de quien, concretamente, ha bajado a la Tierra para personificar y poner la voz que desde la Casa Real ha asegurado o informado.
Por más que ese pretendido efecto anti-plebeyo sea
más que cuestionable. Parodiando esta moda, también un medio de
comunicación se refiere a la vivienda del ex-tesorero del PP como "Casa
Bárcenas" que creo que a todos nos recuerda, más que a una residencia
exclusiva, a una tasca especializada en la preparación de callos,
patatas a la riojana, bocadillos de chorizo o chorizos a la sidra. Sí, a chorizos, realmente.