¡Pobre don Manuel!, ni en efigie le dejan quieto. Si su busto, que fue instalado hace tres semanas en el vestíbulo de Isabel II del Congreso de los Diputados, ya ha sido objeto de zarandeo a los pocos días de la llegada del PP al poder, él, que ya en su día opinó sobre la hispánica manía del trasiego de restos de fenecidos ilustres, supongo que desde su tumba en Francia estará pensando que menos mal que no ha prosperado la idea del traslado de sus restos a España. Y si en el PP tienen problemas con la ubicación definitiva -donde no estorbe a los importantes eventos políticos actuales- del busto de un español Jefe de Estado y de gobierno, les sugiero un lugar: Montauban. Más que nada por probar que lo de las dos Españas está superado y mostrar el talante europeísta del PP.
Cartas (notas) prescindibles, reflexiones al hilo de lo que sucede (principalmente en España)....
sábado, 24 de diciembre de 2011
viernes, 23 de diciembre de 2011
Inocentadas
Todo apunta a que el próximo día 27, el anterior a la festividad de los Santos Inocentes, Ana Botella será nombrada alcaldesa -la primera- de Madrid. La ahora concejal de Medio Ambiente y Movilidad, habiendo dejado arreglados ambos asuntos -ya nos dijo que en Madrid gozamos de un aire excelente y de la movilidad ni hablamos- podrá el día 28, por tanto, gastar a todos los madrileños la inocentada de nombrarse alcaldesa. Pero siguiendo en el cargo los días subsiguientes.
Parece que el vice-alcalde actual, Manuel Cobo -seguramente escaldado de anteriores iniciativas adisciplinarias dentro del PP- se ha expresado sobre la legitimidad democrática de la nueva regidora, asegurando que fue votada por “tanta gente” como el ya ex-alcade Aberto Ruiz Gallardón: "iba la número dos, y si alguien no la quería votar podía desde no meter esa papeleta en una urna hasta tachar su nombre". Lo primero sí, claro, pero tampoco hubiera sido muy positivo para Ruiz-Gallardón ni para la candidatura del PP. Sobre lo segundo se diría que el señor Cobo nos ha querido gastar la inocentada fuera de fecha, o bien que desconoce la normativa al respecto (Ley Orgánica 5/1985 del Régimen Electoral General, Capítulo VI, Sección XIV, Artículo 96); podría usted, señor vice-alcalde, haber esperado al día 28 para decirnos que el procedimiento de voto, según la vigente normativa mencionada, no impone la utilización de listas cerradas.
Parece que el vice-alcalde actual, Manuel Cobo -seguramente escaldado de anteriores iniciativas adisciplinarias dentro del PP- se ha expresado sobre la legitimidad democrática de la nueva regidora, asegurando que fue votada por “tanta gente” como el ya ex-alcade Aberto Ruiz Gallardón: "iba la número dos, y si alguien no la quería votar podía desde no meter esa papeleta en una urna hasta tachar su nombre". Lo primero sí, claro, pero tampoco hubiera sido muy positivo para Ruiz-Gallardón ni para la candidatura del PP. Sobre lo segundo se diría que el señor Cobo nos ha querido gastar la inocentada fuera de fecha, o bien que desconoce la normativa al respecto (Ley Orgánica 5/1985 del Régimen Electoral General, Capítulo VI, Sección XIV, Artículo 96); podría usted, señor vice-alcalde, haber esperado al día 28 para decirnos que el procedimiento de voto, según la vigente normativa mencionada, no impone la utilización de listas cerradas.
Hubiera sido deseable, desde el punto de vista de la equiparación de hombres y mujeres en la vida pública, que el acceso de la primera alcaldesa de Madrid se hubiera producido por la puerta grande del Ayuntamiento y no por la de atrás.
martes, 20 de diciembre de 2011
Fraude fiscal
Desde que yo recuerdo, todos los gobiernos de éste país en democracia han asegurado que combatirían el fraude fiscal del mismo modo que, por ejemplo, los de México han prometido reiteradamente acabar con los traficantes de drogas. Actualmente, la realidad evidencia que ambos negocios -el fraude fiscal en España y el tráfico de drogas en México- se perpetúan florecientes, y diversos estudios coinciden en acotar el fraude fiscal en nuestro país entre el 23% y el 25% del PIB, es decir, entre 230.000 y 250.000 millones de euros.
Ayer, el candidato a presidir el gobierno tuvo que ser interpelado por los grupos de izquierda para que manifestara -con parecidos entusiasmo y eficacia a con que las mises defienden la paz en el mundo- que sí, que él luchará contra el fraude fiscal. Seguro que en su libro tiene ya cuantificados los recortes -se nos dice que inevitables- en servicios sociales que le permitirán reducir el déficit en 16.500 millones de euros, pero ayer mismo, en su habitual formato evanescente, no se olvidó de prometer mayores beneficios fiscales aún para los mismos que se han quedado con los más de 200.000 millones de euros que no ha ingresado la hacienda pública.
Estando más que demostrado que de los recursos invertidos en la lucha contra el fraude fiscal se obtiene un beneficio del diez por uno (la Agencia Tributaria se financia con un 5% de su recaudación bruta) también está bastante claro que falta voluntad política para afrontar realmente el problema: un dato más que prueba quien controla los hilos del poder político.
Ayer, el candidato a presidir el gobierno tuvo que ser interpelado por los grupos de izquierda para que manifestara -con parecidos entusiasmo y eficacia a con que las mises defienden la paz en el mundo- que sí, que él luchará contra el fraude fiscal. Seguro que en su libro tiene ya cuantificados los recortes -se nos dice que inevitables- en servicios sociales que le permitirán reducir el déficit en 16.500 millones de euros, pero ayer mismo, en su habitual formato evanescente, no se olvidó de prometer mayores beneficios fiscales aún para los mismos que se han quedado con los más de 200.000 millones de euros que no ha ingresado la hacienda pública.
Estando más que demostrado que de los recursos invertidos en la lucha contra el fraude fiscal se obtiene un beneficio del diez por uno (la Agencia Tributaria se financia con un 5% de su recaudación bruta) también está bastante claro que falta voluntad política para afrontar realmente el problema: un dato más que prueba quien controla los hilos del poder político.
lunes, 19 de diciembre de 2011
Sanidad pública para empresarios (y privada para trabajadores)
Es conocido el hecho -aunque las posibles explicaciones son todas estremecedoras- de que, según los datos de la Agencia Tributaria correspondientes al año 2009, la diferencia entre lo que declara un trabajador autónomo (empresario) y un trabajador por cuenta ajena (asalariado) es de 8.300 euros a favor del segundo. Sí, eso es, lo ha entendido usted bien, un trabajador por cuenta ajena declara ganar de media, según esos datos, 8.300 euros más que un empresario. ¿Como es esto posible?; pues porque el 90% de los trabajadores por cuenta propia declaró ganar ese año menos de 12.000 euros. Además, esa diferencia -8.300 euros- es la mayor de la serie histórica de datos que comenzaron a contrastarse en 1993 y que siempre ha sido favorable al trabajador asalariado; vamos que podríamos clasificar al 90% de los empresarios de este país como oficial e históricamente pobres.
Parece que ahora, desde la Generalitat catalana, desde el PP y desde el sector empresarial de este país se está promoviendo la idea de implantar una póliza especial de seguro sanitario a partir de un cierto nivel de renta. Si estableciéramos ese nivel de renta en 12.000 euros anuales resulta que el 90% de los empresarios de este país no podrían contratar ese seguro adicional. O sea, que con el fin de garantizar la eficiencia de la asistencia sanitaria, los empresarios nos están organizando a los trabajadores un moderno -aunque no gratuito- sistema sanitario gestionado por la iniciativa privada aunque eso les cueste a ellos el sacrificio de tener que acogerse a los beneficios de una sanidad pública y gratuita, sólo para pobres. Para que luego digan que los empresarios de este país no arriman el hombro.
Parece que ahora, desde la Generalitat catalana, desde el PP y desde el sector empresarial de este país se está promoviendo la idea de implantar una póliza especial de seguro sanitario a partir de un cierto nivel de renta. Si estableciéramos ese nivel de renta en 12.000 euros anuales resulta que el 90% de los empresarios de este país no podrían contratar ese seguro adicional. O sea, que con el fin de garantizar la eficiencia de la asistencia sanitaria, los empresarios nos están organizando a los trabajadores un moderno -aunque no gratuito- sistema sanitario gestionado por la iniciativa privada aunque eso les cueste a ellos el sacrificio de tener que acogerse a los beneficios de una sanidad pública y gratuita, sólo para pobres. Para que luego digan que los empresarios de este país no arriman el hombro.
viernes, 16 de diciembre de 2011
Sonrisas (y lágrimas)
Las penas, con pan son menos, efectivamente, pero que yo sepa, nadie ha equiparado el pan a las sonrisas. Lo digo porque los políticos en su conjunto -con la excepción reciente de la ministra de Trabajo italiana, Elsa Fornero- tienen la costumbre de sonreír enfáticamente, venga o no a cuento, al acabar de hablar. Así, por ejemplo, hemos podido comprobar como Elena Salgado, la ministra de Economía en funciones, nos anunciaba que la prima de riesgo española estaba por las nubes y después sonreía, o a Mariano Rajoy diciendo que procurará evitar lo que dijo que nunca haría -bajar el sueldo a los funcionarios y subir los impuestos- y después sonreír igualmente, que parecen decir con el lenguaje de los gestos: ¿no queríais caldo?, pues dos tazas.
Ya supongo que tales sonrisas serán aconsejadas por asesores de imagen, pero puede que esta sonrisorrea sea debida a que con los recortes no hayan podido pagar la segunda lección al asesor de turno, lección donde se explica que hay que acomodar la sonrisa a las circunstancias y a lo que se quiere transmitir. Y parece que no están los tiempos para sonrisas superfluas y que a muchos nos hacen decir -también mentalmente- ¿de que se reirá este(a) imbécil?.
jueves, 15 de diciembre de 2011
Oráculos
Al escuchar de viva voz las conversaciones grabadas -que en su día pudimos leer transcritas- entre El Bigotes, Francisco Camps y Ricardo Costa, con aquello del amiguito del alma y otras efusiones igual de pringosas, además de renovada vergüenza ajena hemos podido apreciar las dotes de oráculo de algunos de los personajes de la trama Gürtel prediciendo el ascenso al olimpo del poder político de Ricardo Costa y aconsejando abstenerse de apoyar a Rajoy al que, según ellos, pocos votarían.
El antes bigotudo y ahora completamente barbado amiguito del alma parece que se ha convertido en un personaje casi desconocido para Camps -que asegura que solo coincidió con él dos veces- aunque eso no fue óbice para tener con él algunas empachosísimas conversaciones telefónicas y que le hiciera costosos regalos, entre ellos, los trajes que ahora niega absolutamente haberle regalado. Y es que con amiguitos así de desagradecidos y olvidadizos, Alvaro Pérez no necesita enemigos; parece que ya le confió a Correa estar relacionado con un político importante "que siempre te trae problemas". En fin, que él, alguna vez sí acertó.
El antes bigotudo y ahora completamente barbado amiguito del alma parece que se ha convertido en un personaje casi desconocido para Camps -que asegura que solo coincidió con él dos veces- aunque eso no fue óbice para tener con él algunas empachosísimas conversaciones telefónicas y que le hiciera costosos regalos, entre ellos, los trajes que ahora niega absolutamente haberle regalado. Y es que con amiguitos así de desagradecidos y olvidadizos, Alvaro Pérez no necesita enemigos; parece que ya le confió a Correa estar relacionado con un político importante "que siempre te trae problemas". En fin, que él, alguna vez sí acertó.
martes, 13 de diciembre de 2011
¿Realmente privadas?
Mediante una una Agencia de prensa, Iñaki Urdangarín ha hecho público un comunicado en el que afirma lo siguiente: "lamento profundamente el grave perjuicio a la imagen de mi familia y de la Casa de su Majestad el Rey, que nada tiene que ver con mis actividades privadas”. Yo creo que esta lamentación y/o disculpa sobre el perjuicio a la imagen de su familia y a la de la Casa Real son solo pertinentes teniendo como destinatarios su familia y la Casa Real, es decir, el Rey. Lo que a los demás -al público- nos incumbe o interesa es, precisamente, el tipo de actividades privadas remuneradas que sería admisible esperar de un miembro de la Casa Real que, por serlo, tiene asegurada la percepción de fondos públicos y que, sin embargo, parece que maneja otros fondos -también públicos- como si fueran privados. Y que le "indigna" que eso se sepa.
viernes, 9 de diciembre de 2011
Carrillo y Sampedro
Hace relativamente poco tiempo aunque parezca una eternidad -tres o cuatro años- cuando aquí no sabíamos si teníamos crisis o no, cuando se nos aseguraba que teníamos uno de los sistemas financieros más sólidos de occidente, cuando estábamos a punto se superar el PIB de Italia y Francia, ya entonces, Santiago Carrillo aseguró que un modo de enfrentar lo que se nos venía encima era nacionalizar la banca, de igual modo que manifestaba que una institución como el Tribunal Constitucional, que creaba más problemas de los que resolvía, lo sensato sería suprimirlo.
Ví ayer una entrevista de Iñaki Gabilondo a Jose Luis Sampredro, quien desde sus más de noventa años de edad pero con una mente despierta y brillante -como Carrillo- y desde sus sólidos conocimientos en economía, desgranaba la larga lista de despropósitos a los que a diario nos somete la clase política mundial a instigación directa de los mercados -que no es más que otro nombre de la banca y el gran capital de siempre- procurando convencernos de que los recortes en los servicios públicos y la pérdida de derechos son las únicas soluciones posibles, sin alternativas. Es esa misma clase política, la que no dudaría en adjetivar a Carrillo y Sampedro como "comunista nostálgico" e "iluso" respectivamente, la que nos está llevando al matadero de igual manera que los nazis llevaron mansamente al exterminio a millones de judíos. Y son las razones firmemente fundadas y basadas en la experiencia de Carrillo o Sampedro las que contribuyen a mantener la esperanza en que es posible un mundo distinto al que hoy nos propone la clase política.
sábado, 3 de diciembre de 2011
Diosas
Es lo que tiene la Fortuna, que es ciega y no sabe con quien juega. Así, a Carlos Fabra, a quien al parecer le ha tocado la Lotería con tal frecuencia que la Fortuna, además de taparse los ojos seguro que tuvo que taparse también las narices, ahora resulta que el Tribunal Supremo ha decidido revocar la decisión de la Audiencia Provincial de Castellón de declarar prescritos cuatro de los cinco delitos fiscales que se le imputaban y, por lo tanto, ha decidido continuar el proceso e imputarle de nuevo: todos coinciden en afirmar que Fortuna era la diosa más caprichosa del Olimpo. En fin, mala suerte para un "político ejemplar" como repetidamente dijo de él Mariano Rajoy, sólo que la Fortuna -¿o esa es la Justicia?- parece que se ha levantado algo la venda, al sentir el mal olor.
El gobernador se confiesa
En el mejor de los estilos de un experto en economía, Miguel Angel Fernández Ordoñez, que habitualmente se despacha con recetas sobre como flexibilizar -abaratar- el mercado de trabajo o estableciendo comparaciones entre los sueldos actuales del sector público y privado, en vez de centrarse en su principal misión como gobernador del Banco de España, que es supervisar la banca española, hoy finaliza una entrevista confesando lo que muchos sospechamos a diario de él y de muchos otros expertos en economía, esto es, que "el problema es que todavía no sabemos bien cómo salir de esta". Y es que confesar relaja mucho. Ahora, y como penitencia, que el señor Fernández de dedique a lo suyo y procure evitar los sangrantes despropósitos de que a diario nos enteramos sobre millonarias autoconcesiones de directivos bancarios como premio a haber llevado a la ruina a las entidades que dirigían. Si no, en el pecado llevará la penitencia.
jueves, 1 de diciembre de 2011
Desmontando la sanidad pública
El consejero de Salud de la Generalitat catalana, Boi Ruiz, aseguraba en Enero de este año que no se planteaba reducir las prestaciones del sistema sanitario público, y lo explicaba: "las medidas estructurales y organizativas que proponemos paliarán la situación y permitirán mantener servicios y calidad".
Bien, ya hemos pasado la elecciones del 20-N, que han supuesto un éxito para CiU, de cuyo gobierno este consejero forma parte, y ahora el señor Boi Ruiz opina que "la salud es un bien privado que depende de uno mismo, y no del Estado" y, por si no lo habíamos entendido, que "vivir peor no quiere decir vivir mal". Remata sus premisas con la conclusión de que hay que reformar el sistema sanitario público español, y que, a partir de un determinado nivel de renta, cada uno debería contratar una póliza de salud, quedando la sanidad pública solo para pobres. O sea, pasar de un modelo de sanidad pública universal y gratuita, cuya excelencia es internacionalmente reconocida, a otra cosa que, evidentemente, supondrá "vivir peor" para la mayoría.
La ministra de Sanidad en funciones, con una candidez que solo puede achacarse a su juventud, ha solicitado del PP que “no consienta que las ideas de Boi Ruiz orienten al nuevo ejecutivo para evitar así quebrar la sanidad pública española". Como si en el PP no estuvieran ya suficientemente orientados hace tiempo.
Bien, ya hemos pasado la elecciones del 20-N, que han supuesto un éxito para CiU, de cuyo gobierno este consejero forma parte, y ahora el señor Boi Ruiz opina que "la salud es un bien privado que depende de uno mismo, y no del Estado" y, por si no lo habíamos entendido, que "vivir peor no quiere decir vivir mal". Remata sus premisas con la conclusión de que hay que reformar el sistema sanitario público español, y que, a partir de un determinado nivel de renta, cada uno debería contratar una póliza de salud, quedando la sanidad pública solo para pobres. O sea, pasar de un modelo de sanidad pública universal y gratuita, cuya excelencia es internacionalmente reconocida, a otra cosa que, evidentemente, supondrá "vivir peor" para la mayoría.
La ministra de Sanidad en funciones, con una candidez que solo puede achacarse a su juventud, ha solicitado del PP que “no consienta que las ideas de Boi Ruiz orienten al nuevo ejecutivo para evitar así quebrar la sanidad pública española". Como si en el PP no estuvieran ya suficientemente orientados hace tiempo.
domingo, 27 de noviembre de 2011
Algo más que sentido común
El presidente del PP y futuro presidente del gobierno de España utiliza con frecuencia como argumento definitivo el del "sentido común", que suele servirle tanto para un roto como para un descosido, y del cual supongo que se considera a sí mismo bien provisto. Pues bien, parece de sentido común considerar que las medidas de austeridad -recortes, para entendernos mejor- no pueden de ninguna manera ser la solución a nuestros problemas al generar a corto y medio plazo una parálisis económica sin alternativas. Por si no fuera suficiente el sentido común, el premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz -que algo sabrá de lo suyo, aunque sea keynesiano- ha advertido respecto a la situación en España que "la austeridad excesiva sólo empeorará la situación, en lugar de mejorarla". Y ya que mencionamos a Stiglitz, que repase también el señor Rajoy -está claro que a veces no es suficiente el sentido común- la teoría de los denominados salarios de eficiencia y el modelo Saphiro-Stiglitz que cuestionan seriamente la conocida tesis neoliberal -la Biblia, para nuestros empresarios- de que el mercado del trabajo se equilibraría de inmediato flexibilizando -es decir, bajando- lo suficiente los salarios. Ya comprendo que esto no resulte tan gratificante como la plácida lectura de la prensa deportiva, pero es lo que tiene ser presidente del gobierno en esta época de vacas flacas.
viernes, 25 de noviembre de 2011
Jodidos, pero contentos
He querido entrar en estosololoarreglamosentretodos .org y el navegador se me ha quedado tonto; puede que en ese sitio web continúen ocupados intentando arreglarse a sí mismos, lo primero. Y aunque pueda haber quien este nombre tan largo le suene desconocido, se trata de una iniciativa que tuvo bastante repercusión en los medios de comunicación hace apenas año y medio. A Juan José Millás, que la apoyó e incluso escribió un artículo en El País -Nuevos bandos- en el que a los no muy convencidos de ella nos clasificó, sin muchos miramientos, como cenizos -en contra de los bienintencionados y pujantes animosos que creían que bastaba con ponerse a ello "entre todos"- hoy le leo cartas cabreadas llenas de sapos y culebras; parece que opina que no ha sido posible no ya arreglarlo, ni siquiera apañarlo. Ha transcurrido, ya digo, poco más de año y medio, y aquella campaña no sé si habrá resultado beneficiosa para las entidades financieras y comerciales que la sufragaron parcialmente -seguramente con la sana intención de arreglarse "lo suyo"- pero parece que, en general, "esto" continúa sin arreglarse. Menos mal que ha llegado Mariano Rajoy a devolvernos la felicidad, aunque "esto" continúe hecho unos zorros. O sea, que continuando con la tradición de este país, estamos jodidos, pero contentos.
Dos nuevos partidos
Parecen claras la falta de equidad y de representatividad del sistema electoral vigente en este país. También parece muy inocente pretender que los principales beneficiarios de esa inequidad, es decir, tanto los dos principales partidos con implantación estatal como los partidos nacionalistas, sean quienes hayan de reformarlo con intención de hacerlo más justo.
A grandes males, grandes remedios; propongo la creación de dos nuevos partidos políticos: el de los parados y el de los pensionistas (PAPAR y PAPEN, como muestra de mi falta de imaginación para las siglas). El primero de ellos tendría actualmente un voto potencial de unos 5 millones de votos y el segundo de unos 9 millones. Ni la regla d'Hont ni cualquier otro artificio electoral sería capaz de subvertir la democracia ante semejantes números; el señor Rajoy tiene hoy una mayoría absolutísima con menos de 11 millones de votos, aproximadamente un 30% del total de posibles votantes: hagan ustedes las cuentas. Quizá sea la única manera de que comiencen a resolverse las cosas, atendiendo antes a las personas que a los mercados.
Vender el Estado
Recién llegado a su cargo de presidente de CEOE, en 1997 -parece que hace una eternidad- el señor Diaz Ferrán manifestaba que "la mejor empresa pública es la que no existe". Hoy, Joaquín Trigo, presidente del Instituto de Estudios Económicos, afirma que “el Estado es el problema” y que “hay que vender las empresas públicas, rebajar los costes de despido, eliminar todas las agencias públicas”. Tal cual, todo en un paquete. Vamos, que si el Estado es un problema lo que hay que hacer es vender el Estado y así dejará de serlo -al menos para los empresarios- convirtiéndose inmediatamente en negocio. Alguien vendrá que bueno me hará, dice el refrán. Eso, o que el señor Diaz Ferrán era un flojo, y así le ha ido.
jueves, 24 de noviembre de 2011
Lo que toca
O sea, que ahora ya sí toca, en expresión de Jordi Pujol . Ya los catalanes han votado, y CiU y el gobierno de la Generalitat pueden publicar y poner en marcha un plan de recortes de los servicios públicos y de los sueldos de los funcionarios para cumplir a rajatabla -todo por culpa de no tener un pacto fiscal, según Artur Mas- el déficit público previsto para Cataluña. Mas allá de la cuestionable inevitabilidad de los recortes y de su priorización -ahí está el ejemplo de Andalucía- subsiste el hecho de esperar al día después de las elecciones para anunciar las malas nuevas, lo que supone una medida exacta de la calidad de nuestra democracia, porque en éstas maniobras y engaños asumidos todos la degradamos: los votantes porque sabiendo lo que los políticos tienen por costumbre respetar sus promesas electorales continuamos votando sin vislumbrar otra alternativa y los políticos porque valiéndose de ello hacen del paño mangas y capirotes a su antojo. ¡Que lejos continúa quedando la utopía de que los programas electorales sean un contrato que pueda ser denunciado y que conlleve la pena de que el político renuncie a su cargo en caso de incumplimiento!. Quien está en el poder hace lo que estima que toca, y los ciudadanos a esperar otros cuatro años a que nos pidan participar nuevamente en el guiñol.
sábado, 19 de noviembre de 2011
El(la) amigo(a) alemán(a)
Hace un año, Richard C. Koo, economista jefe del banco Nomura afirmaba que "el déficit fiscal alemán creció, pero no de manera significativa tras explotar la burbuja tecnológica, porque las burbujas en países como España sustituyeron el estímulo fiscal que los alemanes hubiesen tenido que aplicar. Y ya no digamos cómo ha aprovechado la banca alemana esa situación, que expandió su crédito y que hoy ostenta quizá la parte del león de los préstamos a economías como la española". Se refería a hechos ocurridos hace más de diez años (1997-2001).
Los que por su profesión están cerca del dinero y que por ello supongo que ya lo sabían hace tiempo, hoy lo están voceando a los cuatro vientos, puede que exasperados por lo lentos de entendederas que somos los demás: "Alemania es la clara beneficiada por la crisis de la deuda" o el equivalente "Alemania se financia a coste cero por la crisis de la deuda".
La señora Merkel insiste en que la solución a la crisis de la deuda es política, que se necesita más Europa, cosas ambas que, sin saber exactamente que quieren decir, quedan muy bien, pero que no parece que sean incompatibles con una rápida actuación del BCE defendiendo a los países afectados de la agresión de los mercados a su deuda soberana.
No hay que ser muy malpensado para deducir que en Alemania están encantados -de un modo bastante suicida- pensando en el tiempo que puede mantenerse esta situación para finalmente poner a los siempre sospechosos de tramposos y vagos países del sur -y a Francia algo le toca- a su dictado. Con estos amigos europeos no necesitamos enemigos mundiales.
La señora Merkel insiste en que la solución a la crisis de la deuda es política, que se necesita más Europa, cosas ambas que, sin saber exactamente que quieren decir, quedan muy bien, pero que no parece que sean incompatibles con una rápida actuación del BCE defendiendo a los países afectados de la agresión de los mercados a su deuda soberana.
No hay que ser muy malpensado para deducir que en Alemania están encantados -de un modo bastante suicida- pensando en el tiempo que puede mantenerse esta situación para finalmente poner a los siempre sospechosos de tramposos y vagos países del sur -y a Francia algo le toca- a su dictado. Con estos amigos europeos no necesitamos enemigos mundiales.
viernes, 18 de noviembre de 2011
El señor R
—Señor R, ¿tiene decidido el nombre de su ministro de Economía? ¿Sera ministro o ministra?
—Bueno... Eso depende...
—¿Depende de qué? No me haga eso.
—Bueno, es que...
—¿Pero lo tiene decidido?
—Sí, sí.
—¿Y es ministro o ministra?
—Oiga, pero, claro...
—¿Y el de Exteriores?
—Ese también es muy importante.
No, no es un diálogo de Gila, ni de los hermanos Marx, ni de Cantinflas. R es Rajoy, efectivamente (aclaración para los extranjeros que pudieran leer esto, más que nada). A ver si se me pasa la risa floja y puedo seguir leyendo la entrevista.
Aunque me ha dejado intrigado el depende. Debo decir que cuando ingresé como funcionario en la Administración del Estado, en un reconocimiento médico previo, a todos nos comprobaban -directa y manualmente- los genitales. No sé si los ministros -y las ministras- del gobierno pasan por ese trámite.
Cataluña y el resto
Casi tan tremendo como imaginarse a Aznar hablando catalán en la intimidad puede ser imaginarse a Mariano Rajoy dándose un chute -en sus palabras- de catalanismo. Al parecer le ha emocionado "ver tanta gente en Cataluña" -tanta gente del PP, suponemos- ante la que ha afirmado que "no saldremos de la crisis sin Cataluña y Cataluña no saldrá de la crisis sin el resto de España". Según la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho “El PP es el que puede facilitar el liderazgo y encaje de Cataluña en España”". Parece más razonable el orden inverso, pero liderazgo y encaje, ahí es nada, Alicia prometiendo un país de las maravillas.
En fin, dentro de nada sabremos si Aznar le transfiere -en los ratos en que Rajoy no esté con el inglés- sus íntimos conocimientos de catalán, sobre todo si el PP no consigue la mayoría absoluta.
Y sobre el fallo del Tribunal Constitucional en respuesta al recurso del PP sobre el Estatut que provocó una de las mayores manifestaciones ciudadanas de protesta en la historia de la democracia en Cataluña, ¡pelillos a la mar!.
En fin, dentro de nada sabremos si Aznar le transfiere -en los ratos en que Rajoy no esté con el inglés- sus íntimos conocimientos de catalán, sobre todo si el PP no consigue la mayoría absoluta.
Y sobre el fallo del Tribunal Constitucional en respuesta al recurso del PP sobre el Estatut que provocó una de las mayores manifestaciones ciudadanas de protesta en la historia de la democracia en Cataluña, ¡pelillos a la mar!.
¿Ocultismo?
Hasta donde le permiten sus cálculos electorales y una deliberada ambigüedad -añadida, en su caso- al servicio de esos cálculos, Mariano Rajoy nos va desvelando parte de su recetario como presidente del gobierno, esas recetas que según la secretaria general del PP, es previsible que desaten protestas "cuando Rajoy diga lo que hay que hacer". Es lo que se leía, creo, en una pancarta del 15-M: "Si con Zapatero teníais miedo, conmigo (se supone que habla Rajoy) os vais a cagar".
Concretamente, los funcionarios ya sabemos que además de que no recuperaremos el recorte del 5% -en el futuro, ya veremos- no contempla "en éste momento" realizar nuevos recortes y que va "a hacer lo posible" para no hacerlos. Teniendo en cuenta que la vida es una sucesión de momentos -en los cuales la contemplación puede variar- y que a nadie se le puede pedir lo imposible, la conclusión parece clara: vaya usted a saber.
Hasta los diarios británicos reconocen en Rajoy un maestro de la ambigüedad, recordando su frase "no tengo por costumbre no cumplir con mis compromisos y hasta ahora no me he comprometido a nada", que la audiencia consideró un chiste, pero es que hay gente pa tó, como dijo aquél torero. Aún así, por ahora ya hemos conseguido saber que, "en éste momento" no considera viable la Ley de Dependencia. Para echarse a temblar, en los momentos subsiguientes.
Concretamente, los funcionarios ya sabemos que además de que no recuperaremos el recorte del 5% -en el futuro, ya veremos- no contempla "en éste momento" realizar nuevos recortes y que va "a hacer lo posible" para no hacerlos. Teniendo en cuenta que la vida es una sucesión de momentos -en los cuales la contemplación puede variar- y que a nadie se le puede pedir lo imposible, la conclusión parece clara: vaya usted a saber.
Hasta los diarios británicos reconocen en Rajoy un maestro de la ambigüedad, recordando su frase "no tengo por costumbre no cumplir con mis compromisos y hasta ahora no me he comprometido a nada", que la audiencia consideró un chiste, pero es que hay gente pa tó, como dijo aquél torero. Aún así, por ahora ya hemos conseguido saber que, "en éste momento" no considera viable la Ley de Dependencia. Para echarse a temblar, en los momentos subsiguientes.
Cuanto y de donde
La Secretaria General del PP, Dolores de Cospedal, intentando aclarar las complejas fórmulas para la resolución de la crisisde de su Presidente, Mariano Rajoy, nos ha informado de que "hay que decir la verdad, primero, y después ser austeros donde hay que serlo, dejando de gastar donde no se debe". No se puede ser más claro, transparente diría yo: ya sólo nos queda saber donde hay que ser austeros y donde se debe dejar de gastar.
Todo apunta a que equilibrar el presupuesto del Estado español al gusto de la tecnocracia europea -alemana, más concretamente- supondrá recortar el gasto y/o subir los impuestos, y también parece que el próximo gobierno de España -sea del color que sea- estará obligado a ajustar sus presupuestos entre 2 y 4 puntos del PIB, lo que supondrá, traducido, entre 20.000 y 40.000 millones de euros (comparativamente, las medidas de ajuste del presidente Zapatero en 2010 supusieron 15.000 millones de euros en año y medio). Ya que con estos datos nos hacemos una idea del cuanto, y que el señor Rajoy a manifestado su rechazo a subir impuestos, bien nos podrían informar desde el PP -sin faltar a la verdad, naturalmente- donde, específicamente, tienen pensado "austerizarnos" y dejar de gastar, de donde van a recortar en el caso de que asuman el gobierno de la nación.
Todo apunta a que equilibrar el presupuesto del Estado español al gusto de la tecnocracia europea -alemana, más concretamente- supondrá recortar el gasto y/o subir los impuestos, y también parece que el próximo gobierno de España -sea del color que sea- estará obligado a ajustar sus presupuestos entre 2 y 4 puntos del PIB, lo que supondrá, traducido, entre 20.000 y 40.000 millones de euros (comparativamente, las medidas de ajuste del presidente Zapatero en 2010 supusieron 15.000 millones de euros en año y medio). Ya que con estos datos nos hacemos una idea del cuanto, y que el señor Rajoy a manifestado su rechazo a subir impuestos, bien nos podrían informar desde el PP -sin faltar a la verdad, naturalmente- donde, específicamente, tienen pensado "austerizarnos" y dejar de gastar, de donde van a recortar en el caso de que asuman el gobierno de la nación.
martes, 15 de noviembre de 2011
Tecnocracia e ideología
I
Destaco una frase del artículo -La ideología de los tecnócratas- de Joaquín Estefanía en El País: "Quizá Europa pueda salir del mal momento económico pero a cambio de una reducción de la calidad de sus instituciones y de la propia democracia", que debo reconocer que por la exactitud de su análisis me produce una profunda desazón de principio a fin; quizá Europa pueda salir del mal momento económico actual -no parece nada seguro, sin unos cambios estratégicos y estructurales muy profundos- pero a cambio de la reducción de la calidad de las instituciones y la democracia que, realmente, nunca han sido en Europa como para tirar cohetes: una incierta posibilidad de mejora a cambio de un empeoramiento cierto.
Destaco una frase del artículo -La ideología de los tecnócratas- de Joaquín Estefanía en El País: "Quizá Europa pueda salir del mal momento económico pero a cambio de una reducción de la calidad de sus instituciones y de la propia democracia", que debo reconocer que por la exactitud de su análisis me produce una profunda desazón de principio a fin; quizá Europa pueda salir del mal momento económico actual -no parece nada seguro, sin unos cambios estratégicos y estructurales muy profundos- pero a cambio de la reducción de la calidad de las instituciones y la democracia que, realmente, nunca han sido en Europa como para tirar cohetes: una incierta posibilidad de mejora a cambio de un empeoramiento cierto.
Y es que, además de que la tecnocracia tiene la evidente propensión a ignorar al ser humano, los tecnócratas, por definición, no tienen -supuestamente- ideología. Es más, ellos -que prefieren ser denominados técnicos- sólo se responsabilizan de cómo hacer las cosas que otros les encomiendan, se consideran herramientas eficientes para realizar cualquier misión. Pero cuando un país pone al frente de su destinos a un tecnócrata está renunciando -en democracia- a transmitirle la encomienda de un proyecto de futuro para ese país; el proyecto ya está fijado -por otros, por alguien- y sólo se pretende de él que lo ejecute conforme a las instrucciones recibidas
Paul Krugman ha comparado las normas del BCE -derivadas, al parecer, de la experiencia de la crisis económica de los años 70- con la Línea Maginot francesa, prevista para una repetición de la guerra de 1914 y que resultó perfectamente inútil frente a la guerra relámpago practicada por los alemanes en la segunda guerra mundial. Y eso debe ser lo peor: nos dictan las normas estrategas económicos que van con una guerra de retraso. Y que aducen ser tecnócratas como si fuera un mérito, disculpándose por tener que ejercer transitoriamente como políticos.
II
Paul Krugman ha comparado las normas del BCE -derivadas, al parecer, de la experiencia de la crisis económica de los años 70- con la Línea Maginot francesa, prevista para una repetición de la guerra de 1914 y que resultó perfectamente inútil frente a la guerra relámpago practicada por los alemanes en la segunda guerra mundial. Y eso debe ser lo peor: nos dictan las normas estrategas económicos que van con una guerra de retraso. Y que aducen ser tecnócratas como si fuera un mérito, disculpándose por tener que ejercer transitoriamente como políticos.
II
A los tecnócratas de Franco, encargados de llevar a cabo el Plan de Estabilización de 1959 y los subsiguientes Planes de Desarrollo, sí que se les suponía ideología: eran numerosos los que estaban próximos al Opus Dei, pero eso no impidió que hicieran otra cosa que seguir las recomendaciones del Banco Mundial y del FMI.
Los tecnócratas -ellos prefieren denominarse técnicos, que parece más limpio- de la Europa de hoy, encargados de asumir, de momento, los gobiernos de Grecia e Italia dicen no tener ideología, se consideran a sí mismo puras y eficientes herramientas. ¿En manos de quien?, debería ser la pregunta inmediata. No en manos de la ciudadanía, que ni siquiera formalmente los ha elegido; todo indica que siguen las directrices de "los mercados", es decir, de la banca y del gran capital.
O sea, que quedan ya muy lejos las utopías tecnocráticas del conde de Saint-Simon consistentes en regular científicamente la política y también los deseos de Joaquín Costa de establecer un "gobierno de sabios". Hoy, cuando un 0,16% de la humanidad acapara el 66% de la riqueza y recursos de la Tierra, está claro a que ideología sirve ésta tecnocracia que dice no tenerla.
O sea, que quedan ya muy lejos las utopías tecnocráticas del conde de Saint-Simon consistentes en regular científicamente la política y también los deseos de Joaquín Costa de establecer un "gobierno de sabios". Hoy, cuando un 0,16% de la humanidad acapara el 66% de la riqueza y recursos de la Tierra, está claro a que ideología sirve ésta tecnocracia que dice no tenerla.
viernes, 11 de noviembre de 2011
Los lobos y el rebaño
El previsible primer ministro griego, Lucas Papademos (Λουκάς Δημήτριος Παπαδήμος), ha comenzado excusándose ante su previsto nombramiento diciendo que él no es un político; se conoce que no es una ocupación -la de político- que sugiera aromas agradables actualmente. Al parecer, Papademos tiene buen cartel como tecnócrata en Europa desde que ocupó el cargo de vicepresidente del BCE. Y no sé si será por ello, o por la habilidad con que desde su cargo de director del Banco Nacional de Grecia, camufló las cuentas del Estado griego cuando éste adoptó el euro. Será que en Europa prefieren a un tramposo conocido que a un justo por conocer, o, más posiblemente, que a pesar de lo que ha llovido desde los tiempos bíblicos, sea dificilísimo encontrar un solo hombre justo, sobre todo para ocupar un cargo político. También existen otras posibilidades, pero son tan tenebrosas que prefiero no explorarlas.
A este respecto, y para facilitar a quien tenga interés por saber donde estamos y quien lleva el timón del barco en esta tempestad mundial que es la crisis económica, recomiendo vivamente la visión de la demoledora Inside Job para entender como, contra toda lógica y moralidad, los lobos continúan a cargo del rebaño. Y para entender otra parte del problema, que resulta ser como los manifiestamente incapaces llegan a los puestos de poder, también recomiendo la revisión de la magistral serie británica Sí, Ministro y de su secuela Sí, Primer Ministro.
Una vez establecido que estamos en manos de inmorales y tontos -no es fácil averiguar el porcentaje respectivo, ya que a menudo coinciden en la misma persona- todo resulta más fácil de comprender.
A este respecto, y para facilitar a quien tenga interés por saber donde estamos y quien lleva el timón del barco en esta tempestad mundial que es la crisis económica, recomiendo vivamente la visión de la demoledora Inside Job para entender como, contra toda lógica y moralidad, los lobos continúan a cargo del rebaño. Y para entender otra parte del problema, que resulta ser como los manifiestamente incapaces llegan a los puestos de poder, también recomiendo la revisión de la magistral serie británica Sí, Ministro y de su secuela Sí, Primer Ministro.
Una vez establecido que estamos en manos de inmorales y tontos -no es fácil averiguar el porcentaje respectivo, ya que a menudo coinciden en la misma persona- todo resulta más fácil de comprender.
jueves, 10 de noviembre de 2011
Pepito Grillo
En el debate a cinco televisado ayer, Gaspar Llamazares, cual Pepito Grillo instalado -no sé si intencionadamente- en el centro de una mesa semicircular, reiteraba con un temblor en la voz posiblemente achacable tanto a la indignación como a los nervios, los hechos que constituyen la evidente realidad de las consecuencias de la crisis en este país. Básicamente, ajustes que implican recortes en los servicios públicos esenciales y, simultáneamente, mayor enriquecimiento de los ricos, los bancos, el gran capital -por partida doble, defraudando y beneficiándose de exenciones- que vé en esta crisis una oportunidad irrepetible de "hacer negocio" a costa de las penurias de los más desfavorecidos. No recuerdo que ninguno del resto de los intervinientes desdijera lo fundamental de su exposición, a lo más, un Jaúregui doctoral le dijo que simplificaba los problemas. Pero a veces la realidad es muy sencilla, sólo se necesita la voluntad de entenderla. En general, como admiten los científicos, si un modelo teórico es sencillo tiene más posibilidades de ser cierto. No parecían de esa opinión el resto de los contertulios, empeñados en asumir -como abducidos por el Gran Pensamiento Unico- la inevitabilidad de ajustes y recortes y como priorizarlos.
Los principios de la propaganda
Después de varias campañas electorales y del modo que el PP elabora sus mensajes-píldora, les imagino como devotos seguidores de los once principios de la propaganda, atribuidos a Goebbels. Cada una de las figuras y portavoces de ese partido tiene principios favoritos, claro está; por ejemplo, Mariano Rajoy utiliza intensivamente el Principio de la Unanimidad, intentando convencer a la audiencia de que lo que él expone es "lo que piensa todo el mundo", con el objeto de crear una falsa impresión de unanimidad. Pero en lo que todos en el PP coinciden es en la utilización de los Principios de orquestación y de vulgarización. Este último se basa en simplificar el mensaje hasta niveles básicos, optimizando su rendimiento ante grandes audiencias, algo así como el máximo común divisor de los mensajes a las masas; será por ello que este principio funciona muy bien con ejemplos numéricos.
En el debate a cinco televisado ayer, el señor Gallardón volvió a repetir aquello de que con los gobiernos del PP ocho de cada diez empleos creados en Europa lo fueron en España,y que bajo los gobiernos del PSOE, ocho de cada diez nuevos parados en Europa, también lo han sido en España. Así de sencillo; se le notaba encantado con lo inapelable del enunciado, con su simetría especular; para qué entrar en detalles. Pero los detalles, a veces, son decisivos. Que muchos de los empleos mencionados fueran el alimento de una burbuja inmobiliaria que al final nos explotó en el peor momento, sumándose a la crisis global, y que, en consecuencia, fuera el origen de muchos de los parados mencionados en la segunda parte de su frase, no le pareció reseñable. En fin, para "problemillas" como ese viene muy bien el Principio de la orquestación, que supone que si una mentira se repite suficientemente, acaba por no distinguirse de la verdad.
En el debate a cinco televisado ayer, el señor Gallardón volvió a repetir aquello de que con los gobiernos del PP ocho de cada diez empleos creados en Europa lo fueron en España,y que bajo los gobiernos del PSOE, ocho de cada diez nuevos parados en Europa, también lo han sido en España. Así de sencillo; se le notaba encantado con lo inapelable del enunciado, con su simetría especular; para qué entrar en detalles. Pero los detalles, a veces, son decisivos. Que muchos de los empleos mencionados fueran el alimento de una burbuja inmobiliaria que al final nos explotó en el peor momento, sumándose a la crisis global, y que, en consecuencia, fuera el origen de muchos de los parados mencionados en la segunda parte de su frase, no le pareció reseñable. En fin, para "problemillas" como ese viene muy bien el Principio de la orquestación, que supone que si una mentira se repite suficientemente, acaba por no distinguirse de la verdad.
martes, 8 de noviembre de 2011
La insoportable levedad de lo obvio
Ya se ha señalado el carácter alambicado en la redacción y ambiguo en el significado de gran parte del programa de gobierno que finalmente ha sacado a la luz pública el PP. Sin embargo creo que es mucho mayor el porcentaje de obviedades esparcidas con generosidad a lo largo y ancho del texto que he tenido la paciencia -y la voluntad- de leer. Alguien me enseñó que un método eficaz para sobrellevar los mensajes políticos es desconectar en cuanto se observe que lo contrario de lo transmitido es totalmente descartable, es decir, cuando se estén escuchando manifiestas obviedades. Pues aquí van algunas de las perlas extraídas del programa del PP: "Afrontar un nuevo embate de la crisis con el 22 por ciento de paro no es lo mismo que hacerlo con el 10 por ciento", "Tenemos que recobrar el buen gobierno y la confianza en las instituciones", "Aspiramos a mejorar la política y fortalecer las instituciones", "Hay que actuar con decisión y coherencia". Y éstas pertenecen únicamente al prólogo denominado "Más sociedad y mejor gobierno". ¿Quien opina lo contrario?, ¿alguien quiere el mal gobierno, la desconfianza en las instituciones, empeorar la política, que se actúe incoherentemente o de forma indecisa?, o ¿menos sociedad y peor gobierno?. Pues eso.
La piedra filosofal
En el debate entre Rubalcaba y Rajoy, éste último repitió unas cuantas veces su fórmula para la solución global de los problemas que padecemos: ha de crearse empleo para que todos tengamos dinero que gastar, reactivar la economía por un aumento de la demanda y que el Estado pueda, vía impuestos, obtener fondos para pagar los servicios públicos. ¿La piedra filosofal o un cuento de la lechera macroeconómico?. En realidad es otra versión de la tesis tan cara a los neoliberales de que una vez ahíto el gran capital, con las migajas nos podemos alimentar todos. No hay contraste real de que esto haya sido cierto nunca, la voracidad infinita es consustancial al capitalismo y, salvo el paréntesis de la época posterior a la segunda guerra mundial donde un pacto temporal entre las fuerzas capitalistas y los trabajadores dieron lugar en Europa al modelo del Estado del bienestar, el capitalismo ha ido tensando cícilicamente la cuerda hasta romperla en sucesivas ocasiones a lo largo de la historia.
Porque lo que se deducía de la exposición del señor Rajoy -aunque eso no lo dijo- es que para echar a rodar esa rueda de la fortuna -la creación de empleo- lo primero es que los empresarios -ahora se denominan emprendedores, que debe ser más meritorio- fijen las condiciones que ellos crean necesarias para poder invertir su dinero, varias de las cuales ya las han apuntado y están en la mente de todos. Condiciones que implican, de hecho, el desmontaje del Estado del bienestar tal y como lo conocemos, o en final del "café para todos" en expresión coloquial del vicepresidente de CEOE, utilizando sus conocimientos en el sector de la hostelería. No sé si el señor Rajoy dictaminaría que esta deducción es una insidia o un juicio de intenciones por mi parte, como ayer le espetó al señor Rubalcaba, pero yo creo que es la aplicación del puro sentido común, ese tan valorado por el propio señor Rajoy.
Porque lo que se deducía de la exposición del señor Rajoy -aunque eso no lo dijo- es que para echar a rodar esa rueda de la fortuna -la creación de empleo- lo primero es que los empresarios -ahora se denominan emprendedores, que debe ser más meritorio- fijen las condiciones que ellos crean necesarias para poder invertir su dinero, varias de las cuales ya las han apuntado y están en la mente de todos. Condiciones que implican, de hecho, el desmontaje del Estado del bienestar tal y como lo conocemos, o en final del "café para todos" en expresión coloquial del vicepresidente de CEOE, utilizando sus conocimientos en el sector de la hostelería. No sé si el señor Rajoy dictaminaría que esta deducción es una insidia o un juicio de intenciones por mi parte, como ayer le espetó al señor Rubalcaba, pero yo creo que es la aplicación del puro sentido común, ese tan valorado por el propio señor Rajoy.
lunes, 7 de noviembre de 2011
Un rebaño feliz
El señor Mariano Rajoy está seguramente imbuido de esa esencia tan racial que supone "sostenella y no enmendalla", y así, como cuando sacó con reiteración a pasear a aquella niña que provocaba en muchos bastante vergüenza ajena, persiste -con la que está cayendo y los nubarrones que se divisan- en querer hacer llegar la felicidad a todos los españoles, y ha cerrado uno de sus discursos de campaña animando de nuevo a los asistentes "a ser felices". Si la felicidad es la ausencia del dolor, tal y como se recordaba en la antigua publicidad de un analgésico, parece que el señor Rajoy se ha empeñado en repartirnos una píldora a cada uno; al menos a cada uno de los votantes del PP. En ese loable deseo, puede estar tranquilo el señor Rajoy, en el generalmente admitido supuesto de que los tontos son los más felices, seguro que cumplimos la cuota, si creemos con Baltasar Gracián que "son tontos todos los que lo parecen y la mitad de los que no lo parecen". Aunque más bien creo que lo que pretende con su píldora es volvernos al "estado natural", en el que tal como un animal o un niño, seamos todos buenos, ignorantes y felices, sin hacernos muchas preguntas, que para eso ya están los estadistas, como él. Que formemos todos una buena masa de votantes acríticos, de borregos en perfecto rebaño, como ya una vez aconsejó para el PP el políticamente desaparecido señor Pizarro.
sábado, 5 de noviembre de 2011
Gente
Gente es una de las palabras que debe estar en la superficie del cerebro de Mariano Rajoy, por lo frecuente que resulta oírsela y de la que es difícil ignorar el tono despectivo con que la emplea. Hace no mucho expresó en voz alta -y colérica- su convencimiento de que la mitad -no "su" mitad, claro- de la cámara de representantes políticos de los españoles en el Congreso de los Diputados no sabía leer. Para añadir, a media voz -pero audible en el revuelo formado- "¡que gente!". Ahora, ya en campaña, le hemos oído, refiriéndose al gobierno, decir que "con esta gente es imposible la recuperación". Ya digo que no me suena agradable esta palabra cuando se la oigo, pero por procurar que posibles prejuicios no turben mi juicio, me he propuesto realizar una pequeña encuesta sobre cual pueda ser la acepción o sentido que quiere dar a esa palabra de entre las tres primeras que nos propone el diccionario de la RAE: 1ª) Pluralidad de personas, 2ª) Con respecto a quien manda, conjunto de quienes dependen de él y 3ª) Cada una de las clases que pueden distinguirse en la sociedad (gente del pueblo, gente de dinero, etc.). A ver que me sale.
viernes, 4 de noviembre de 2011
Otra cosa
A raíz de los últimos sobresaltos europeos con consecuencias directas en los aparentemente hipocondríacos mercados, Mariano Rajoy ha señalado -en línea con su habitual claridad- que desde el PP van a pedir el voto a los que les han dado siempre su confianza y a los que no "porque España necesita otra cosa". Que te deja pensando, no se puede decir más con menos: otra cosa es la clave. Comenzando por el final, cosa: "objeto inanimado, por oposición a ser viviente", aunque seguramente se refiera a "todo lo que tiene entidad, ya sea corporal o espiritual, natural o artificial, real o abstracta". Esto, unido al significado de otra: "distinta de aquella de que se habla", lo deja todo claro. Un prodigio de claridad síntetica, el señor Rajoy.
El PP sitúa en un 30 por ciento la probabilidad de perder las elecciones. El buscador Google te da, a veces, sustos de muerte como este. Luego se comprueba que se trata del Partido Patriota, en Guatemala, pero el sofocón -siendo votante del PP y ni aún deduciendo que tendría el 70 por ciento de probabilidad de ganar- ya te lo has llevado. Otras veces te hace sonreir: planteada la pregunta ¿puede el PP perder las elecciones?, resulta que en uno de los enlaces se afirma que "los sismólogos están preocupados por si el PP vuelve a perder las elecciones", ya que "la pataleta podría desplazar la falla de San Andrés". En fin, pueden respirar tranquilos los votantes del PP, porque planteando la pregunta anterior en forma estricta (entre comillas), Google no ofrece ni una sola respuesta.
miércoles, 2 de noviembre de 2011
El programa del cambio
Farragoso, pero no por pretender exactitud y claridad, si no por todo lo contrario, el programa del PP que finalmente hemos conocido abunda en ambigüedades y frases de complejo significado. En todo caso, parece responder las conocidas tesis neoliberales que implican, a grandes rasgos, reducir al máximo al estado, de manera que moleste lo menos posible a los intereses del gran capital. Con la que está cayendo, no puede entenderse de otra forma una de las pocas afirmaciones explícitas del programa: la bajada de impuestos. Porque un Estado más débil, con menos recursos vía impuestos, está abocado de forma inevitable a un recorte proporcional de servicios públicos comenzando por los más gravosos: sanidad, educación y asistencia social. Y a privatizar todo lo que dentro de estos servicios públicos pudiera ser "negocio". Comprendido esto, sí puede decirse que el programa del PP está claro como el agua, pero no de la lectura de las páginas de alambicada redacción que el PP ha hecho públicas como su programa oficial de propuestas de cara a las elecciones generales del 20 de Noviembre. Esto supone sumarse al cambio -a peor, para la mayoría- que nos propone el PP.
La felicidad
I.
O sea, que el presidente del PP ha prometido devolver la felicidad a los españoles. ¡Vaya!, son insospechadas las cosas que el señor Mariano Rajoy guarda en su cabeza. Tan pronto se encuentra una niña como un proyecto de felicidad que la Humanidad lleva buscando desde mucho antes de los filósofos griegos. Cabe deducir que ello es posible debido a que posee una enorme cabeza, como todo verdadero estadista. Puestos a buscarle pegas a su filantrópico proyecto, echo en falta que no sea ecuménico, ya que lo de devolver debe querer decir que sólo recobrarán la felicidad los que la tuvieron -bajo anteriores gobiernos del PP, seguramente- y por tanto totalizamos un buen pico los que continuaremos mohínos bajo la crisis. Es decir, que el señor Rajoy debería afinar un poco esta promesa para sucesivas re-ediciones en lo que le queda de campaña electoral: todos queremos ser felices. Y también, ya que parece ser gratis, que nos ofrezca elegir entre eudomonismo (según Aristóteles) y hedonismo (según Epicuro). Felices, pero no revueltos.
II.
Ya antes de comenzar la campaña electoral, Mariano Rajoy, como un Papá Noel total -y anticipado- ha prometido devolver la felicidad a los españoles, nada menos. Claro, que este glorioso anuncio lo hizo en un mitin-almuerzo ante 5.000 simpatizantes del PP que habían pagado 17 euros por asistir al acto y es probable que el presidente del PP se creyera obligado a corresponder con algo para acompañar al postre y al chupito de aguardiente de hierbas.
Ya hay quien a señalado que este tipo de promesas les cuadran más a los autócratas -que así disimulan sus evidentes fracasos- que a los demócratas; Franco, en la mísera España de posguerra se empeñó en convencer a los españoles que tenían un Imperio a la vuelta de la esquina. Por tanto creo que el señor Rajoy ha perdido una excelente oportunidad de callarse y ejercer ese sentido común del que tanto presume al prometer semejante cosa. Puede que sea un consejo de sus asesores electorales, en el convencimiento de que todo vale y de que es posible que alguien pique, aunque a la mayoría nos pille un poco coriáceos esta promesa con reminiscencias filosóficas y, como mucho, nos dé material para hacer chistes. En todo caso, ya metidos en campaña, veremos; ¿nos prometerá el cielo en la vida futura?. Las mejores promesas -para quien promete- es posponer su cumplimiento para cuando sea difícilmente verificable o ya no tenga importancia.
III.
O sea, que el presidente del PP ha prometido devolver la felicidad a los españoles. Atentos a la palabra devolver, que debe querer decir que el que antes no la tuviera tampoco la va a disfrutar bajo el mandato del PP: unos cuantos a descontar. Tampoco ha precisado el señor Rajoy -y bastante se estará arrepintiendo ya de lo que ha prometido- a que fecha nos va a retrotraer en nuestro nivel de felicidad. Según uno de sus cabezas de lista, el señor Arenas, a 1996, a cuando de cada diez empleos que se creaban en Europa, ocho lo eran en España. Lástima que haya tantos pisos vacíos y que apenas quede ya suelo urbanizable. Mucho me temo que éste prometido regreso a la felicidad sea, para la mayoría, mucho más difícil que el regreso a la infancia.
O sea, que el presidente del PP ha prometido devolver la felicidad a los españoles. ¡Vaya!, son insospechadas las cosas que el señor Mariano Rajoy guarda en su cabeza. Tan pronto se encuentra una niña como un proyecto de felicidad que la Humanidad lleva buscando desde mucho antes de los filósofos griegos. Cabe deducir que ello es posible debido a que posee una enorme cabeza, como todo verdadero estadista. Puestos a buscarle pegas a su filantrópico proyecto, echo en falta que no sea ecuménico, ya que lo de devolver debe querer decir que sólo recobrarán la felicidad los que la tuvieron -bajo anteriores gobiernos del PP, seguramente- y por tanto totalizamos un buen pico los que continuaremos mohínos bajo la crisis. Es decir, que el señor Rajoy debería afinar un poco esta promesa para sucesivas re-ediciones en lo que le queda de campaña electoral: todos queremos ser felices. Y también, ya que parece ser gratis, que nos ofrezca elegir entre eudomonismo (según Aristóteles) y hedonismo (según Epicuro). Felices, pero no revueltos.
II.
Ya antes de comenzar la campaña electoral, Mariano Rajoy, como un Papá Noel total -y anticipado- ha prometido devolver la felicidad a los españoles, nada menos. Claro, que este glorioso anuncio lo hizo en un mitin-almuerzo ante 5.000 simpatizantes del PP que habían pagado 17 euros por asistir al acto y es probable que el presidente del PP se creyera obligado a corresponder con algo para acompañar al postre y al chupito de aguardiente de hierbas.
Ya hay quien a señalado que este tipo de promesas les cuadran más a los autócratas -que así disimulan sus evidentes fracasos- que a los demócratas; Franco, en la mísera España de posguerra se empeñó en convencer a los españoles que tenían un Imperio a la vuelta de la esquina. Por tanto creo que el señor Rajoy ha perdido una excelente oportunidad de callarse y ejercer ese sentido común del que tanto presume al prometer semejante cosa. Puede que sea un consejo de sus asesores electorales, en el convencimiento de que todo vale y de que es posible que alguien pique, aunque a la mayoría nos pille un poco coriáceos esta promesa con reminiscencias filosóficas y, como mucho, nos dé material para hacer chistes. En todo caso, ya metidos en campaña, veremos; ¿nos prometerá el cielo en la vida futura?. Las mejores promesas -para quien promete- es posponer su cumplimiento para cuando sea difícilmente verificable o ya no tenga importancia.
III.
O sea, que el presidente del PP ha prometido devolver la felicidad a los españoles. Atentos a la palabra devolver, que debe querer decir que el que antes no la tuviera tampoco la va a disfrutar bajo el mandato del PP: unos cuantos a descontar. Tampoco ha precisado el señor Rajoy -y bastante se estará arrepintiendo ya de lo que ha prometido- a que fecha nos va a retrotraer en nuestro nivel de felicidad. Según uno de sus cabezas de lista, el señor Arenas, a 1996, a cuando de cada diez empleos que se creaban en Europa, ocho lo eran en España. Lástima que haya tantos pisos vacíos y que apenas quede ya suelo urbanizable. Mucho me temo que éste prometido regreso a la felicidad sea, para la mayoría, mucho más difícil que el regreso a la infancia.
miércoles, 26 de octubre de 2011
La reimplantación de la esclavitud
Hace unos meses y desde la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) se planteó una reforma educativa para este país basada en dos hipótesis: que la herencia genética pesa más en el rendimiento escolar de un alumno que su entorno socioeconómico, y, en segundo lugar, que el gasto en educación no es lo más importante en la obtención de resultados. Así como suena. No parece que los argumentos de expertos participantes en el informe PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que contradicen ambas hipótesis hicieran mucha mella en los empresarios ante la visión del sustancioso tajo previsto a la educación pública, lo que supondría un aumento paralelo del "negocio" en la educación privada.
También recientemente el señor Rosell, como presidente de la CEOE ha planteado bajar de 20 a 12 días la indemnización por despido procedente, lo que él denomina "salida laboral", porque ello, en su opinión, animaría a muchos empresarios a "dar entrada" a otros trabajadores, sabiendo que su despido sería más barato.
Y que esos trabajadores en situación alternativa y variable -en función de los "mercados"- de paro, despido y trabajo tengan hijos a los que en esa circunstancias no puedan costear una -seguramente costosa- educación privada no parece ser el problema del señor Rosell. O sí, ya habremos llegado de nuevo a la situación en la que los esclavos tengan hijos ya esclavos al nacer. Que debe ser la condición principal para que la clase empresarial de este país pueda plantearse ser competitiva. Aunque también puede que su incapacidad empresarial se deba a la herencia genética como hijos de practicantes habituales de la cultura del "pelotazo", o del ambiente socioeconómico en que crecieron.
También recientemente el señor Rosell, como presidente de la CEOE ha planteado bajar de 20 a 12 días la indemnización por despido procedente, lo que él denomina "salida laboral", porque ello, en su opinión, animaría a muchos empresarios a "dar entrada" a otros trabajadores, sabiendo que su despido sería más barato.
Y que esos trabajadores en situación alternativa y variable -en función de los "mercados"- de paro, despido y trabajo tengan hijos a los que en esa circunstancias no puedan costear una -seguramente costosa- educación privada no parece ser el problema del señor Rosell. O sí, ya habremos llegado de nuevo a la situación en la que los esclavos tengan hijos ya esclavos al nacer. Que debe ser la condición principal para que la clase empresarial de este país pueda plantearse ser competitiva. Aunque también puede que su incapacidad empresarial se deba a la herencia genética como hijos de practicantes habituales de la cultura del "pelotazo", o del ambiente socioeconómico en que crecieron.
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viernes, 21 de octubre de 2011
Más memoria
He escuchado esta mañana una entrevista a Antonio Basagoiti, presidente del PP vasco, en la que éste, en relación con el final de ETA, abogaba por una "buena memoria y correcta lectura" de la actuación de la banda terrorista como "vacuna para no idealizar y legitimar tanto dolor y violencia". Totalmente de acuerdo. Imagino que el señor Basagoiti no cree que la memoria tenga fecha de caducidad, ya que pervive -en primer lugar e incandescente- en familiares y descendientes de víctimas del terrorismo etarra.
Así pues, ¿porqué no aplicar idéntica receta para cerrar las heridas que más de setenta años después, aún permanecen abiertas en todos los familiares de los asesinados en nuestra guerra civil y posterior dictadura?.
Izquierda y derecha
Al parecer, Mariano Rajoy pretende continuar con esa estrategia de esquizofrenia controlada dentro del PP. Por ejemplo, él, como responsable máximo del partido y presidente del gobierno in péctore se muestra positivo y dialogante respecto al autoproclamado final de ETA; todo un estadista. Por otro lado, las distintas "alas duras" dentro del PP expresan opiniones que van desde no dar ninguna credibilidad al comunicado de ETA hasta persistir en que el final de la banda terrorista se debe a una claudicación del Estado ante los terroristas, por mucho que haya que recurrir a delirantes teorías conspiranoicas para continuar manteniendo algo que contradice cualquier evidencia o relato razonable.
Al parecer esta estrategia es un subconjunto de la teoría global por la cual la derecha ha de presentarse unida y en bloque como única forma de ganar unas elecciones democráticas: así, dentro del PP cabe todo, luego, ya el "jefe" decidirá lo que se hace en cada caso, o como decía Jordi Pujol, lo "que toque". Ideologías las justas y para la venta y propaganda: antes los intereses de ciertos colectivos y "vamos a lo que vamos". Todo lo contrario que la izquierda, escindida y subescindida debido a una autocrítica feroz no exenta de protagonismos y personalismos. Y esto es así desde hace tiempo; Hitler llegó al poder democráticamente. ¡Ah! y siento continuar utiliando los términos izquierda y derecha que, según dicen, están obsoletos.
Al parecer esta estrategia es un subconjunto de la teoría global por la cual la derecha ha de presentarse unida y en bloque como única forma de ganar unas elecciones democráticas: así, dentro del PP cabe todo, luego, ya el "jefe" decidirá lo que se hace en cada caso, o como decía Jordi Pujol, lo "que toque". Ideologías las justas y para la venta y propaganda: antes los intereses de ciertos colectivos y "vamos a lo que vamos". Todo lo contrario que la izquierda, escindida y subescindida debido a una autocrítica feroz no exenta de protagonismos y personalismos. Y esto es así desde hace tiempo; Hitler llegó al poder democráticamente. ¡Ah! y siento continuar utiliando los términos izquierda y derecha que, según dicen, están obsoletos.
Paro, despido y competitividad
El señor Rosell, como presidente de la CEOE, ha planteado bajar de 20 a 12 días la indemnización por despido procedente, lo que él denomina eufemísticamente "salida laboral", porque ello, en su opinión, animaría a muchos empresarios a "dar entrada" a otros trabajadores, sabiendo que su despido sería más barato. Desde el punto de vista del empresariado español a eso se reduce todo: inputs y outputs de trabajadores en función de la coyuntura de los mercados. El ex-presidente Felipe González ha manifestado que "el debate debería de ser la competitividad, cuánto ligamos del salario a la productividad", lo cual en estos duros tiempos, es un enfoque más realista y con posibilidades de procurar una economía sostenible, pero está claro que ésta es una forma de abordar el problema del paro totalmente ajena -en general- a la mentalidad de la clase empresarial en este país: saben que la precariedad laboral que promueven con sus contratos basura es incompatible con una competitividad real en un mercado global. Eso de la competitividad lo dejan los empresarios españoles para los estudiosos económicos o para mencionarlo en algún discurso importante, que viste mucho. De donde no hay no se puede sacar, se dice.
Esperpento
Resulta más claro ahora que toda la inversión recaudada por Nueva Rumasa no tenía otro objeto que, pura y simplemente el pago de deudas previas: lo más parecido a una estafa. A principios de este año, cuando comenzó a desvelarse la precariedad de las finanzas del grupo empresarial, el patriarca del clan expuso como garantías ante los inversores -además de su palabra y el ofrecimiento de pegarse un tiro, metafóricamente, claro, se lo prohibe su religión- la competencia y excelencia profesional de sus hijos, de alguno de los cuales incluso proporcionó a directivos del banco de Santander un informe psicológico como prueba. Ese mismo hijo ha declarado ahora en los juzgados, limitándose a decir que no sabía nada, que ellos -sus hermanos y él- solo eran administradores de derecho y que se limitaban a ejecutar las directrices que les daba su progenitor, el verdadero administrador del grupo. Lo cual me ha generado -ahora- curiosidad por saber que diría el mencionado informe psicológico. A la salida del tribunal, José María Ruiz-Mateos, vestido de civil y no de Supermán esta vez, dijo sentirse "orgulloso, feliz y satisfecho" de Nueva Rumasa. "Volvería a hacer el mismo trabajo", concluyó. Estoy convencido que para la representación de un esperpento empresarial tan extenso y concienzudo sólo se dan las condiciones -y los personajes- en este país.
lunes, 17 de octubre de 2011
Roma no paga traidores
Respecto a todos aquellos trabajadores, funcionarios, pensionistas y dependientes que tengan intención de votar al PP en las próximas elecciones generales, esperando de Rajoy, como nuevo mesías, una reedición del milagro de los panes y los peces para todo el pueblo español, no sé por qué, se me ha venido a la mente aquella frase que dicen que los romanos aplicaron a los asesinos de Viriato, negándoles la esperada recompensa: "Roma no paga a traidores". Que hoy podíamos actualizar con un "ni el PP a los trabajadores".
Más indignación
Dirigidos por un carismático líder cuyo eslógan reza "Empieza el cambio; es sentido común, es cambio, es futuro, es España, es Rajoy" y según todas las encuestas, es muy probable que el PP alcance la mayoría absoluta como resultado de las próximas elecciones el 20 de Noviembre. Ya es triste que este país se vea abocado a la elección de los que, desde numerosos puntos de vista, son los más próximos a la ideología que subyace en quienes originaron la crisis en que estamos inmersos y que la única alternativa sea "cambiar" así, en abstracto, sin saber si es cambiar a mejor o a peor, con la esperanza de que los que vengan hagan "algo" de lo que no tenemos la menor noticia ni avance ni propuesta conocidas. Un motivo más para estar indignados, aquí y ahora. Y para actuar en consecuencia.
martes, 11 de octubre de 2011
Quiero ser presidente
En la convención del PP en Málaga ya se había dicho, ahora el propio Mariano Rajoy, sintiéndose ya presidente del gobierno lo confirma: cree que recibirá "la peor herencia que un Gobierno ha legado jamás al siguiente". Y, ¿que propone ante una situación tan grave?. Nadie lo sabe, salvo reafirmar que quiere ser presidente del gobierno dice poco más: "quiero ser el presidente de todos los españoles, no solo de los militantes del partido popular, es lo que necesita España y por lo tanto así será". Así será si así lo quieren una mayoría de españoles; España es, antes que nada, lo que los españoles quieren que sea y sus necesidades las que los españoles estiman que tiene. ¿O Rajoy habla directamente con España como el papa habla con Dios?.
Estrategias
Ante lo abultada que se pronostica la goleada del PP sobre el PSOE en las próximas elecciones generales, ya ha habido quien ha aconsejado -ignoro si de buena fe- al candidato del PSOE estrategias desesperadas, tal como la de presentarse directamente de perdedor -underdog, perro apaleado- con la esperanza de despertar la simpatía por el débil, promoviendo para sí el voto de todos aquellos amantes de causas desesperadas o imposibles.
Además de que no veo a Rubalcaba en semejante tesitura, creo que tal estrategia -como casi todos los productos de la desesperación- sería inútil. De no ser así, IU no habría pasado de dos millones y medio de votos y 21 diputados en 1996 a menos de un millón de votos y dos diputados en 2008. Más apaleados, imposible.
Y si lo que se busca es una estrategia realmente desesperada -pero novedosa-, podría Rubalcaba probar a guardar un mutismo aún más impenetrable y absoluto que el de Mariano Rajoy sobre las propuestas concretas para encarar el futuro del país, poniendo cara de póker cuando alguien le preguntara sobre el tema. Puede que algunos solventaran su perplejidad entre dos esfinges tirando una moneda al aire.
Además de que no veo a Rubalcaba en semejante tesitura, creo que tal estrategia -como casi todos los productos de la desesperación- sería inútil. De no ser así, IU no habría pasado de dos millones y medio de votos y 21 diputados en 1996 a menos de un millón de votos y dos diputados en 2008. Más apaleados, imposible.
Y si lo que se busca es una estrategia realmente desesperada -pero novedosa-, podría Rubalcaba probar a guardar un mutismo aún más impenetrable y absoluto que el de Mariano Rajoy sobre las propuestas concretas para encarar el futuro del país, poniendo cara de póker cuando alguien le preguntara sobre el tema. Puede que algunos solventaran su perplejidad entre dos esfinges tirando una moneda al aire.
lunes, 10 de octubre de 2011
El regreso de Terminator
Según la última encuesta del CIS, el desempleo, los problemas económicos, los partidos y los políticos, la inmigración, la inseguridad ciudadana, la educación, la sanidad, la vivienda, la corrupción y el fraude preocupan más que ETA y el terrorismo al ciudadano español. Sin embargo, el ex-presidente Aznar -muestra representativa del tercer lugar de esas preocupaciones- ha tenido a bien opinar sobre ETA en la convención del PP en Málaga. Aquél que nos descubrió a muchos españoles que existía un Movimiento de Liberación Nacional Vasco y se mostraba dispuesto a ser generoso con él, dice ahora, cuando todo apunta a la inevitable desaparición de ETA, como hay que dirigir la política antiterrorista, con el único propósito imaginable de robar votos al PSOE y a su candidato, quien la ha dirigido en los últimos años. "Si veo que España está realmente desesperada, quizá tendría que volver a la política nacional", fue lo que dijo Aznar a Aguirre, embajador estadounidense en España en 2007, que me recuerda al "volveré" de Schwarzenegger en "Terminator". Parece que el paso del tiempo le ha enfriado el calentón salvapatrias, pero su propio partido -en beneficio propio- debería evitar darle mucha cuerda: sólo le faltaba a España que volviera.
sábado, 8 de octubre de 2011
Los dioses deben estar locos
Eso parece, a la vista de los conflictos y desastres de todo tipo en el mundo y con los que somos bombardeados a diario por los medios: crisis socio-económica mundial, guerras, seísmos, hambre, pobreza. Pero no, no han sido los dioses, hemos sido nosotros, la especie humana que se ha creído tal, o al menos, unos peligrosísimos aprendices de brujo. De una economía basada en el crecimiento perpetuo, ilimitado, de usar y tirar, esquilmadora de los recursos evidentemente limitados del planeta, de una economía basada en la explotación de la mayoría (que soporta además el hambre, la enfermedad y la pobreza extrema) por parte de una minoría privilegiada, de una economía basada en una energía contaminante o peligrosa -cuando no ambas cosas a la vez-, de una economía y una cultura basadas, en definitiva, en la irracionalidad y la desigualdad, no se puede esperar -racionalmente- otro resultado que el desastre.
Escuchemos con atención el lamento de la madre Tierra. Y actuemos en consecuencia, a ver si de verdad somos tan listos y tan poderosos como para poder cambiar el destino que nosotros mismos, como dioses enloquecidos, nos hemos fijado.