En su ánimo de dar contenido y colorido al ignoto pensamiento político de Mariano Rajoy de cara a la próxima campaña electoral, Jose María Lassalle, diputado del PP que pasa por ser su guionista de cabecera, nos lo ha descrito -a Rajoy- como girondino, nada menos. Los girondinos fueron durante la Revolución Francesa un grupo político de centro -dentro de su contexto y circunstancias históricas- compuesto por diputados procedentes del departamento de Gironda y que pertenecían mayoritariamente a la burguesía provincial. Según el historiador Pierre Gaxotte eran burgueses instruídos, republicanos, demócratas, anticlericales y bastante quiméricos y fanáticos, pero con bastante horror a la canalla (el pueblo llano). Para Lassalle, el neo-girondino Rajoy, es un conservador moderado con una visión del mundo atlántica, galaica, en clave periférica y de capital de provincia. Parece que los nuevos girondinos sólo coinciden con los antiguos en una cosa: la visión periférica, centrífuga, provincial, del Estado. Pues tampoco, porque según Lassalle, Mariano Rajoy se ha impuesto sobre otros líderes del PP porque ha sido capaz de mantener su visión de centralidad. Pero en fin, con independencia de la incongruencia de estos pequeños detalles sin importancia, la verdad es que girondino es un calificativo muy lucido. Mucho mejor que el invento de la niña; se nota que Lassalle es profesor de Historia de las Ideas: ha tenido una idea casi histórica.
Cartas (notas) prescindibles, reflexiones al hilo de lo que sucede (principalmente en España)....
domingo, 25 de septiembre de 2011
miércoles, 21 de septiembre de 2011
Como tontos
Hace tiempo que sospecho que la clase política nos toma a los ciudadanos por tontos, porque para equilibrar el déficit ¿que son los 13.000 millones de euros a costa de pensionistas, parados y funcionarios comparados con el agujero de más de 250.000 millones de euros del fraude fiscal?, para que el Estado ingrese recursos de forma urgente, ¿que son los 1.000 millones de euros a recaudar por el nuevo impuesto sobre el patrimonio, comparados con los 6.000 millones con que el Estado sufraga -con dinero de todos, creyentes o no, ricos y pobres- a la Iglesia católica anualmente, sin estar obligado a ello desde hace más de treinta años?. Mi sospecha ya es certeza: sí, nos toman por tontos, y si no se nos ocurre nada para desalojarles de sus poltronas es que quizá lo seamos. O, al menos, lo estemos.
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http://www.elpais.com/articulo/opinion/Impuesto/patrimonio/elpepuopi/20110923elpepiopi_8/Tes.
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lunes, 19 de septiembre de 2011
España y los españoles
En una entrevista he oído que Mariano Rajoy decía que "España tiene un problema: cinco millones de parados". Siempre me ha llamado la atención esa capacidad de los estadistas -y de los que aspiran al cargo- de hablar de ese ente abstracto que es la nación como si fuera lo único que mereciera realmente su atención, una simplificación necesaria para manejar la realidad a esos niveles. Sin embargo, creo que hubiera sido más oportuno al abordar la preocupante situación socio-económica actual de nuestro país considerar que en él hay cinco millones de ciudadanos que tienen un problema: están en el paro, es decir, que hay cinco millones de problemas. Habrá quien le pueda parecer lo mismo una cosa que otra, pero a veces es necesario matizar. En este caso, para concluir que España es, antes que nada, el conjunto de los españoles.
domingo, 18 de septiembre de 2011
Lost in translation
Resulta que en Bélgica que carece de Ejecutivo hace 500 días y que, por lo tanto, no ha podido aprobar los planes de recorte que son habituales en los países europeos -el nuestro entre los destacados- han registrado un crecimiento de su economía de un 2%, crecimiento al que ni Alemania llega. Dado que los dirigentes europeos -en contra de ejemplos históricos y de la opinión de reconocidas autoridades en economía- se han convertido mayoritariamente en fundamentalistas del equilibrio presupuestario y la austeridad, cabe preguntarse si no nos iría mejor sin ellos, es decir, si no sería una manera de comenzar a resolver la crisis prescindir de los gobiernos: total, si hemos de hacer lo que dicten los mercados quizá fuera mejor prescindir de intérpretes, puede que no se enteren bien y nos estén metiendo "morcillas".